ROSARIO. El sector de la carne fue blanco de un atentado en Rosario. Otra vez. Un camión fue atacado con una bomba molotov cuando ingresaba en la planta del frigorífico Swift, en la localidad de Villa Gobernador Gálvez, vecina a Rosario. Fue este domingo, cerca de las 20.

Es tercer atentado que se produjo en menos de una semana, que tiene como blanco a ese sector empresarial y gremial. El miércoles pasado fueron incendiadas dos motos en el frigorífico Paladini y ese mismo día, casi a la misma hora –como si se tratara de golpes sincronizados–, sicarios prendieron fuego el frente de la sede del Sindicato de la Carne, donde dos jóvenes en moto también dispararon y dejaron una nota con amenazas cuyo contenido fue mantenido en reserva por los investigadores que intentan desentrañar los motivos de los ataques.

Aun cuando se inscribe en la crítica situación de seguridad de la mayor ciudad de Santa Fe, donde las amenazas y los ataques extorsivos forman parte de la misma trama del crimen organizado que desangra a Rosario desde hace una décadas, la hipótesis de una interna gremial como contexto de los atentados es la de mayor peso por estas horas, según los investigadores.

La semana pasada, José Fantini, secretario general del Sindicato e histórico titular de la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados, dijo no saber “de dónde vienen estos ataques”. Ahora, negó que se tratara de una interna gremial y también descartó que hubiese barrabravas detrás de los atentados, en una suerte de represalia por el hecho de que se haya abierto el camping del sindicato para albergar a los hinchas de Peñarol que la semana pasada viajaron para presenciar, en el Coloso de Arroyito, el partido del equipo uruguayo con Rosario Central por la primera fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores.

“Nosotros tuvimos elecciones internas hace poco tiempo. Las barras bravas, como dicen algunos medios de comunicación, no tienen nada que ver. Nunca oculté mis amistades y las barras bravas no tienen por qué ir a prender fuego un camión o atacar al sindicato. Los conozco a todos, además soy hincha de Boca. Quiero sacar del medio a las hinchadas y a la interna sindical”, sostuvo Fantini en declaraciones al programa El primero de la mañana, de LT8.

“La policía y los organismos que tienen que brindar seguridad y son los que tienen que averiguar qué pasó […] Estos hechos de violencia se tienen que investigar y no buscarme a mí como chivo expiatorio”, cuestionó.

Llamas un domingo por la noche

El domingo, cerca de las 20, en la intersección de Juan Domingo Perón y Lavalle, un camión que se disponía a ingresar en la planta frigorífica fue rociado con nafta en la cabina y parte del acoplado por los atacantes, quienes posteriormente prendieron fuego el vehículo. Según las fuentes policiales, el chofer y su acompañante salieron ilesos de esta agresión, tras la rápida intervención de los bomberos, quienes lograron extinguir las llamas y mitigar el daño causado, según informaron fuentes policiales.

Los investigadores trabajan sobre la hipótesis de un vínculo entre los tres episodios porque tienen como blanco al sector de la carne. Y una de las hipótesis más fuertes es que se trataría de una interna en el gremio conducido por Fantini. Tanto desde el Ministerio de Seguridad de la provincia como desde las fuerzas federales que están en Rosario señalaron a LA NACION que hasta ahora no se había ordenado algún tipo de operativo de prevención ante la seguidilla de ataques. Advirtieron que se analiza la situación, que preocupa al sector empresario.

La sospecha de que se trataría de un problema dentro del sindicato se centra en una serie de atentados que empezó a sufrir el gremio desde más de hace un año.

El miércoles pasado se produjo otro ataque contra el edificio del Sindicato de la Carne. Ocurrió cerca de las 22.15, cuando, según al testimonio que aportó un sereno, dos jóvenes en moto llegaron al lugar. Uno de ellos se bajó y roció con nafta uno de los ingresos al edificio. Luego prendió un fósforo y lo arrojó contra una de las paredes que empezó a arder. Después siguió tirando nafta contra la ventana de una oficina, que también se prendió fuego. Unos segundos después, el joven cruzó a la vereda de enfrente, donde lo esperaba su cómplice, cargó una pistola e hizo varios disparos. La policía encontró tres vainas en el lugar.

Según Fantini, casi a la misma hora, ocurrió otro hecho similar vinculado al sector, en la planta del frigorífico Paladini, que se encuentra en Villa Gobernador Gálvez, localidad vecina a Rosario. Allí se produjo un ataque en el estacionamiento. Lanzaron otra presunta bomba molotov que incendió dos motos que estaban en el predio y que pertenecían a trabajadores de la empresa.

El febrero del año pasado, el edificio del Sindicato de la Carne fue blanco de otro ataque a balazos. Desde una moto, dos jóvenes realizaron once disparos contra una de las puertas de la entidad. En ese momento los atacantes también dejaron una nota con amenazas.

Ante este episodio, la Confederación de las 62 Organizaciones Peronistas repudió “el estado de inseguridad y negligencia que atraviesan los ciudadanos y todas las organizaciones sindicales en estos últimos tiempos”.

“No tenemos enfrentamientos con nadie. Nunca tuvimos roces, ni pedidos [de dinero] como ocurre en otros lugares y no sabemos a qué atribuirlo”, insistió Fantini la semana pasada.

Los tres atentados se produjeron en medio de un clima de extrema tensión en Rosario, donde las amenazas se convirtieron en una herramienta para generar terror. En este caso, la principal hipótesis es que el ataque tiene que ver con una interna gremial.

En Rosario los grupos mafiosos, vinculados al narcomenudeo, actúan de manera frecuente en las internas gremiales, como ocurrió con el Sindicato de Peones de Taxis hace tres años, cuando un sector de la banda de Los Monos realizó varios atentados contra integrantes de la comisión directiva que aspiraban a un recambio de la conducción de la entidad.

Algo parecido también sucedió en el gremio de Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) Rosario, donde fueron baleados e incendiados vehículos de familiares de los miembros del gremio.

 

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