Nadie espera nunca nada de los equipos filiales en lo que a resultados se refiere. Su objetivo primordial no es el de competir, sino nutrir de jugadores de calidad al primer equipo en caso de necesidad y servir de escaparate para las jóvenes promesas.

Esta prerrogativa ha venido ocurriendo desde principios de este siglo XXI, pero hubo un momento en que los filiales hicieron cosas muy llamativas en el fútbol español llegando incluso a finales o compitiendo en competiciones europeas.

En la actualidad existe cada vez la opinión más fuerte de que debe crearse una liga de filiales -como existe en la Premier League- en pos de que los jugadores se fogueen lejos de los ‘peligros’ del fútbol modesto. Desde 1990, sin ir más lejos, se ha prohibido a los equipos ‘B’ participar en la Copa del Rey y eso que uno de ellos dejó una historia memorable.

Real Madrid Castilla: final, campeonato y Recopa

Hablamos, como no, del Real Madrid Castilla y su final en la temporada 1979/80. Este equipo jugó por el trofeo de campeón de Copa del Rey frente al Real Madrid, cayendo lógicamente por 6-1 en esa final festiva que se disputó en el Santiago Bernabéu con olor a pasteleo entre hermano mayor y hermano pequeño.

Tras ser subcampeón, el equipo blanco disputó la Recopa de Europa ganando incluso un partido al West Ham inglés por 3-1, siendo el primer filial en aparecer en competiciones europeas.

El Real Madrid Castilla haría otra gesta todavía ganando el campeonato de Segunda División -estableciendo el récord de 80.000 espectadores en un partido- en la temporada 1983/84 con la ‘Quinta del Buitre’ al frente.

Este equipo, que años después ganaría cinco Ligas consecutivas, tuvo su puesto en escena en la División de Plata en un campeonato que se disputaron hasta la última jornada con el Bilbao Athletic, el filial de los ‘leones’.

Periquitos en Europa

El Espanyol también se paseó por Europa con su filial. Corría el año 98 cuando la Copa Intertoto -que daba acceso a la UEFA- se disputaba entre mitad de junio y mitad de agosto rompiendo la pretemporada de muchos equipos.

El club perico tenía a varios jugadores en el Mundial de Francia y decidió apostar por la cantera en esta ocasión jugando con el ‘B’ la competición.

El resultado fue que eliminaron al Brno y al Auxerre, pero no consiguieron apear al Valencia en la ronda final que les daba acceso a la UEFA. En esa plantilla estaban presentes dos jugadores que posteriormente estarían en la selección española y de hecho uno de ellos fue titular en la Eurocopa y el Mundial que ganamos en la siguiente década.

Y el filial que creó una norma

El Mestalla, filial del Valencia CF, obligó a crear una norma gracias a su enorme éxito en la temporada 1951/52.

El equipo levantino consiguió por méritos propios el ascenso a Primera División ganándole la promoción de ascenso al Racing de Santander. En ese momento no existía norma contraria a que los equipos ‘B’ compartiesen división con el hermano mayor. Únicamente se impedía que ambos equipos compartiesen campo.

La situación pilló por sorpresa a una Federación Española de Fútbol que jamás esperaba que un equipo filial pudiese lograr lo que hizo el Mestalla. El ente presionó al presidente del Valencia para que renunciase a que su filial ascendiese consiguiendo tal efecto y creando al año siguiente una norma que impedía que dos equipos del mismo dueño conviviesen en la misma categoría.

Esa norma sirvió a lo largo de los años para que Real Madrid, Atlético, Athletic o Barcelona no tuviesen dos equipos en la máxima categoría, pese a lograr el ascenso por méritos deportivos. De hecho, los culés vivieron un episodio en el que su equipo filial se desvinculó del Barça para conseguir el ascenso a Primera División en 1956.

 

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