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El primer consejo para reducir el consumo cuando conduzcas por ciudad es algo súper obvio: elije un coche adecuado para la urbe. Lo ideal es tener un eléctrico, o en su defecto híbrido. Pero si tienes que comprar un combustión, elije siempre un gasolina y no un diésel, a no ser que hagas miles de kilómetro al año en este contexto.

Si como la mayoría de personas de nuestro país tienes un coche gasolina o diésel y quieres reducir el consumo conduciendo por ciudad, sigue estos consejos.

Cuanto más se acelera, más se consume; tan obvio como cierto. Debes de apretar el pedal del acelerador de forma suave y progresiva. Ir pegando acelerones multiplicará el gasto de combustible de una forma exponencial. En ciudad hay que conducir con calma, sin adelantar a cada coche que se nos pone por delante, y adecuándonos al ritmo del tráfico.

Si te fijas en el ordenador de a bordo de tu coche, verás que el medidor de consumo instantáneo se dispara al iniciar la marcha desde parado. Algo lógico si pensamos que estamos exigiendo al motor que mueva desde cero una masa que puede ir desde los mil kilos a más de dos toneladas en algunos casos. Por lo tanto, lo que debemos de tratar es que el coche se detenga las menos veces posibles.

¿Y cómo hacerlo en un sitio donde está plagado de semáforos y tráfico? Pues precisamente avanzándonos a ellos. Si vemos que el semáforo está en rojo delante nuestro, pero pronto se puede poner en verde, no sigamos acelerando hasta detenernos ante él para luego arrancar de nuevo. Mejor, dejamos de acelerar y que el coche avance lentamente hacia el semáforo, para que con suerte este cambie a verde antes de que se haya detenido, de modo que no tendremos que acelerar desde cero. Y lo mismo hay que hacer para adaptarse al tráfico, si vemos que un coche se ha detenido delante nuestro.

Cada kilo de más en el coche supone un mayor esfuerzo de arrastre para el motor, y por tanto más consumo de combustibleconsumo de combustible. Quita del interior del vehículo cualquier cosa que no necesites. Muchas veces llevamos el maletero cargado de cosas que hemos dejado ahí tras el fin de semana o las vacaciones, y nunca encontramos el momento de quitarlas. En ocasiones son cosas ligeras, pero también existen objetos pesados que pueden contar casi como un pasajero extra el habitáculo.

Los neumáticos deben ir con la presión que marca el fabricante; ni más, ni menos. Si está por debajo, hay más superficie de contacto entre la goma y el asfalto, y por tanto mayor resistencia al avance. Eso hace que se multiplique el es esfuerzo el motor, y por tanto que suba el consumo. Por no hablar de que también nos costará más mover el volante.

Para reducir la resistencia aerodinámica, lo mejor es conducir siempre con las ventanillas subidas. Pero cuando llega el calor, en ciudad es más recomendable bajar las ventanillas que poner el aire acondicionado; al contrario de lo que sucede en carretera a altas velocidades por el efecto ‘paracaídas’. Si bajas las ventanillas en vez de poner el aire acondicionado, estarás reduciendo el nivel de consumo.

En los eléctricos se recomienda llevar siempre la batería entre el 20% y el 80% para alargar su vida útil. En los coches de combustión sucede algo parecido con el depósito de combustible. Llevarlo siempre lleno aumentará el peso del coche, y por tanto su peso y consumo. Pero llevarlo al 20% será acercarlo a la reserva, lo que tampoco es bueno porque hay que tratar de evitar siempre que el coche gaste esa última gasolina porque puede arrastrar residuos.

Aunque no lo creas, seguir las recomendaciones del fabricante respecto a los intervalos de mantenimiento tiene un efecto directo en el consumo de combustible. Revisa regularmente el estado del filtro de aire, bujías y aceite del motor, para garantizar un funcionamiento óptimo del motor. Esto hará que el propulsor tenga que esforzase menos por arrastrar el vehículo y, por tanto, consuma menos gasolina.

 

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