“Es importante pensar las obras dinámicamente, para que el paso del tiempo las enriquezca y el paisaje, con los años, termine llevándose el protagonismo”, dice el arquitecto Gonzalo Bardach sobre su filosofía, que desde luego, aplicó a este hogar familiar de su autoría, en Pilar

Proyectada para una pareja que buscaba encarar una nueva etapa de ensamble familiar y llegada de nuevos integrantes, la casa está compuesta de dos volúmenes con laterales cerrados y caras diagonales con filtros tamizan la luz y generan intimidad al frente y apertura total al jardín en el contrafrente.

La luz como elemento central

“La luz es uno de los principales materiales de la arquitectura, y fue la búsqueda central en este proyecto como elemento generador de atmósferas, dibujando claroscuros a lo largo del día según el movimiento del sol”, nos explica Bardach.

Al frente, la casa recibe con luz filtrada, se enciende con los patios ubicados en el centro, y culmina en una iluminación intensa generada por las ventanas que se ubican en el contrafrente.

“Se pensó cuidadosamente la creación y distribución de cada espacio. Cada secuencia e imagen son parte de un recorrido arquitectónico que comienza en el acceso, que recibe e invita a ingresar, pero que también llama a una pausa, un primer tamiz que produce la transición que dirige a los distintos ambientes, que culminan en el estar principal en el cual la casa abre sus visuales y encuadres”, continúa el arquitecto.

En sintonía con el contexto ambiental y previendo el control térmico natural ante temperaturas en aumento, incorpora elementos de diseño bioclimático como una implantación que tiene en cuenta la orientación del sol y los vientos preponderantes de la zona, y aberturas que permiten luz natural y ventilación cruzada para propiciar un uso eficiente de la energía eléctrica. Además, tiene generación local a través de paneles solares.

Plantas que conectan

Los ambientes amplios integrados con estar, cocina y comedor de la planta baja fueron pensados incorporando al jardín para una intensa vida social.

La planta baja y la alta se conectan a través de dos patios ajardinados, cuya vegetación diluye el límite entre interior y exterior, logrando el protagonismo del vacío central donde se ubica la escalera.

En la planta alta hay tres dormitorios, cada uno con baño propio. El baño principal se abre hacia un jardín interno que incorpora la naturaleza y provee de intimidad.

Superficies naturales

“La naturaleza es uno de los principales conceptos de la arquitectura de nuestra oficina”, dice Bardach. “En la casa “Tamiz”, el diseño paisajístico se tuvo en cuenta desde el origen tanto en nivel de planta baja, mediante sus patios y el jardín perimetral, como en las terrazas superiores, que traen la naturaleza a la planta alta y la cubierta. Las especies fueron cuidadosamente seleccionadas para generar un ecosistema que fomente la biodiversidad”.

La cubierta verde con vegetación nativa fomenta la absorción de CO2, al tiempo que actúa como aislante térmico.

 

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