LA PLATA.– Con el telón de fondo de la severa tormenta que afecta esta ciudad desde ayer y los fantasmas de la trágica inundación de 2013, funcionarios de la actual y la anterior gestión municipal se trenzaron en una ácida disputa e intercambiaron acusaciones sobre la ausencia de medidas efectivas relacionadas con la gestión del riesgo. A la vez, uno de los expertos más destacados en la materia advirtió sobre el peligro de no fortalecer la prevención así como las acciones de contención ante una emergencia.

“Cuando llegamos, nos encontramos con un verdadero desastre. Una situación calamitosa que daba cuenta de la falta de desarrollo de protocolos para enfrentar la contingencia y tuvimos que improvisar sobre la marcha. Tuvimos que arrancar de cero porque todo lo que había era puro marketing insustancial”, denunció el exjuez Luis Federico Arias, actual secretario de Coordinación de la comuna platense.

Para Arias es importante asumir que “estamos en una zona inundable y ninguna obra va a impedir una inundación ante una lluvia extraordinaria, por eso debemos afrontar el gran desafío de organizar los recursos del Estado y preparar a la población”. Según su mirada, “a la falta de trabajo se sumó la autorización para urbanizar zonas en las cuencas altas de los arroyos, lo cual aumenta la velocidad de escurrimiento y el caudal que pierde capacidad de absorción. Esto lo hemos denunciado y seguimos con la idea de anular las rezonificaciones, que agravan el problema al permitir esos emprendimientos que, además, se hicieron al margen de la legislación provincial”.

El funcionario adelantó que la municipalidad, conducida por Julio Alak, buscará profundizar y dar un marco legal al denominado Plan de Reducción del Riesgo por Inundaciones para la Región del Gran La Plata (Plan RRI) desarrollado en 2019 por la Universidad Nacional de La Plata y que hasta el momento permanece arrumbado en un cajón.

Según Arias, “los protocolos están desactualizados y no hubo tareas de prevención. Por eso estamos trabajando para llevar todo ese material al territorio y trabajarlo con los vecinos, las escuelas, los clubes de barrio y las ONG”, dijo. Y justificó la drástica reducción en la dotación de personal operada en el Comité Operativo de Emergencias Municipal (COEM), donde de 80 agentes se pasó a menos de 15.

Inaugurado en mayo de 2019 por el entonces intendente Julio Garro (Cambiemos), el COEM concentra todas las áreas vinculadas con la atención del riesgo hidrometeorológico: Protección Civil, SAME, Policía Local, Bomberos, Cruz Roja, además de un callcenter de atención al vecino. Desde allí se monitorean los sensores de los arroyos y la evolución del clima.

“El COEM era una cáscara vacía; tenía una estructura ineficaz, armada solo con fines propagandísticos. Estudiamos caso por caso y era gente que no venía a trabajar o eran militantes políticos sin conocimientos específicos. Fíjese que les dimos de baja los contratos y nadie se protestó”, indicó Arias.

“Es una burda mentira que se lanza para intentar tapar el desconcierto y la ineptitud”, replicó Marcelo Leguizamón, exsecretario de Gobierno municipal durante la gestión de Garro. “Todos y cada uno de los empleados del COEM que trabajaban en la gestión del riesgo tenían una capacitación especial y funciones asignadas”, acotó.

Leguizamón pidió prestar atención al hecho de que se inundaron calles que antes no se inundaban y eso es porque “no se hizo el trabajo preventivo correctamente”. El exfuncionario y ahora legislador provincial consideró que “si no trabajás en el mantenimiento de la ciudad, la limpieza de sumideros, ni ponés gente capacitada en ese área, si no desarrollás una política de comunicación, creo que no están haciendo las cosas como se debe”.

“Lo que hicimos está todo subido a la web e instalado en las computadoras del COEM. Todo el desarrollo del plan que hizo la universidad y los programas de previsión y seguimiento del área de Hidrometeorología que manejaba Mauricio Saldívar”, sostuvo Leguizamón.

Respuesta ineficaz

En las últimas horas, el panorama de la ciudad tanto en el casco urbano como en los barrios periféricos mostró numerosas calles anegadas, evacuaciones y pérdidas materiales, además de cortes de luz y agua en amplios sectores del distrito.

“La contundencia de los hechos describe sola el panorama. Se advierte una escasa o nula presencia del municipio durante el desarrollo de los eventos y solo se ve una reacción posterior o tardía”, opinó el ingeniero Pablo Romanazzi, titular del área de Hidrología de la Facultad de Ingeniería de la UNLP. Romanazzi es uno de los expertos que lleva más tiempo en el estudio del problema hídrico de la capital provincial y fue el coordinador del Plan RRI. Los investigadores trabajaron durante dos años a partir de un pedido de la Intendencia y entregaron el plan, también llamado “Saber qué hacer”, a finales de 2019. Sin embargo, hasta ahora, no se puso en marcha.

Romanazzi tiene reparos respecto de las acciones desarrolladas en los últimos eventos y teme una involución. También sobre las medidas de achicamiento del COEM. “No es posible –se quejó el profesional– que con fines de ahorro se desmantele un sector tan sensible y necesario como este”. En diálogo con LA NACION el ingeniero consideró que “estas tormentas deberían hacer sentir a los funcionarios la presión de lo que significan estos temas que no pueden quedar en el olvido: hay que ocuparse. La percepción que tengo es que se está subdimensionando el problema. No por defender la gestión anterior, pero creo que no podemos involucionar porque eso en La Plata significaría un altísimo riesgo para toda la población”.

Según Romanazzi, “la gente que sabía sobre el tema de gestión del riesgo fue separada de sus cargos, lo mismo que la mayoría de los agentes del COEM, además de que otros recursos como camionetas y equipamiento que fueron destinados para otros fines”, apuntó.

Respecto de las tormentas de estas horas, Romanazzi explicó que desde el punto de vista de la estadística no se trató de una lluvia extraordinaria, pero la situación se vio agravada por los excedentes de las lluvias de la semana anterior.

“Lo que sí es extraordinario es que la celda de la tormenta haya abarcado un área muy grande, que cubrió buena parte del territorio bonaerense. Son el tipo de tormentas a las que tendremos que acostumbrarnos, típicas de climas más tropicales”, dijo.

La historia del plan de contingencia

En 2015 en su discurso de asunción al frente de la comuna, Garro –que reemplazó de Pablo Bruera (Frente para la Victoria), intendente del distrito cuando se produjo la trágica inundación del 2 de abril de 2013– pidió perdón a los platenses por la desatención del Estado durante aquel evento y se comprometió a dar máxima prioridad al tema.

En ese tiempo, la Nación y la Provincia avanzaron con las obras estructurales en la cuenca del arroyo Del Gato que, sin embargo, hasta el día de hoy no fueron concluidas. En simultáneo, Garro avanzó en un convenio con la universidad para elaborar un plan de gestión del riesgo. En el mismo participaron más de 70 expertos de 12 facultades que, a finales de 2019, entregaron a las autoridades el trabajo final. Si bien el año último la municipalidad renovó el acuerdo con la UNLP para avanzar en su implementación y pese a que durante la campaña electoral Garro anunció su efectiva puesta en marcha, esto nunca ocurrió.

En rigor, parte del material con mapas de incidencia y manuales y protocolos de actuación se encuentra publicado en la página https://riesgo.laplata.gob.ar/, donde los vecinos pueden ingresar, seleccionar por delegación y por barrio para conocer detalles sobre cómo actuar en caso de una inundación así cómo qué debe esperar que el Estado haga en esas situaciones. Sin embargo, para poder arribar a una aplicación eficaz es necesaria una estratégica tarea docente que implica la capacitación en todos los barrios, que no se concretó.

El Plan RRI identificó la situación en un total de 522 barrios y sus zonas críticas, estableció corredores seguros y fijó sitios de encuentro y espacios de evacuación. Así, cada mapa disponible online contiene el “paso a paso” que debe seguir cada vecino ante tormentas de acuerdo con las características del lugar donde se encuentre.

 

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