Nadie duda, ni dentro ni fuera de la Casa Rosada, que Karina Milei crece y crece en influencia desde lo más alto del poder, casi con cada día que pasa.

En el Gobierno le reconocen tanto su poder de veto, que habría terminado en estos días con la carrera del jefe de la Casa Militar, Alejandro Guglielmi, y congelado otros ascensos, como el del legislador libertario porteño Ramiro Marra, así como su injerencia en prácticamente todas las áreas de la gestión desde la secretaría General, siempre al lado de su hermano y presidente Javier Milei, a quien también persuadió de modificar el Salón de las Mujeres de inspiración kirchnerista e instalar, allí en el primer piso de Balcarce 50, el Salón de los Próceres, justo el Día Internacional de la Mujer.

La última semana, y ante la ausencia de la canciller Diana Mondino (que culminó ayer una gira de diez días por el sudeste asiático), la hermana menor del Presidente asumió las veces de diplomática informal, recibiendo en la Casa Rosada a Carlos “Pájaro” Enciso, embajador de Uruguay en Buenos Aires y hombre de confianza del presidente Luis Lacalle Pou.

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En principio, medios uruguayos como El País dieron cuenta de la duración del encuentro –unos 40 minutos–, que sirvió para despejar algunas dudas, sembradas durante la reciente visita a Buenos Aires de la vicepresidenta uruguaya Beatriz Argimón, que no contó con la presencia de funcionarios invitados durante su charla, hace diez días, sobre “los desafíos para la mujer en la política latinoamericana”.

Desde la diplomacia uruguaya, y también desde la Casa Rosada, dieron por cerrado aquel episodio, adjudicando a una “desconexión” la ausencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel, y enfatizaron por lo bajo que en el encuentro Karina Milei se mostró dispuesta a ahondar lazos bilaterales, y establecer con la embajada uruguaya un carril paralelo al que sostienen ambas cancillerías.

Contentos, ambos protagonistas sobrevolaron incluso la posibilidad de una visita de Milei a Montevideo, siempre después del viaje del Presidente a Miami, donde recibirá el premio de Embajador Internacional de la Luz, que será otorgado por la institución judía ortodoxa Jabad Lubavitch. También allí, claro, estará su influyente hermana y funcionaria todoterreno.

Un embajador invocó a Messi para lograr avales

La Comisión de Acuerdos, reunida en el Senado el jueves, trató los pliegos de seis embajadores políticos. Tal vez atento a lo mal que la había pasado Axel Wahnish, el rabino propuesto por Javier Milei para la embajada en Israel y cuestionado por Martín Lousteau, el candidato a embajador en Francia, Ian Sielecki, combinó su exposición geopolítica con algo de diplomacia futbolera, que –se sabe– siempre viene bien para aflojar tensiones.

Sin papeles a la vista, el joven diplomático trajo datos históricos del vínculo, como la participación francesa en la revolución de Mayo, o los últimos días de José de San Martín en Boulogne sur Mer, antes de recurrir al éxito de la selección de Leonel Messi en el pasado mundial.

“Es cierto que también ha habido algún que otro episodio menos cordial, como la Vuelta de Obligado, o más recientemente, la final del Mundial de Qatar”, dijo, “pero no me voy a extender sobre ese punto porque no quiero que me retiren el plácet; por suerte [Kylian] Mbappé no forma parte de esta comisión”, agregó, ante la sonrisa general.

Nicolini se sumó al “éxodo albertista” hacia La Plata

Algún buen observador la distinguió en la foto que el gobierno bonaerense distribuyó luego de la charla telefónica que Axel Kicillof sostuvo con la expresidenta de Brasil y actual titular del banco de los Brics, Dilma Rousseff.

Cecilia Nicolini, la exasesora del presidente Alberto Fernández, exsecretaria de Ambiente y encargada, entre otros asuntos, de la polémica negociación con la Federación Rusa en torno a la provisión de vacunas contra el Covid, bajó el perfil y logró a partir de diciembre pasado un escaño como diputada del Parlasur, dentro del bloque de Unión por la Patria.

Pero su reaparición responde a otro área de interés. Según contaron desde la gobernación de La Plata, Nicolini estuvo en esa reunión en su calidad de asesora del Ministerio de Hacienda, encabezado por Pablo López. Nicolini se suma así a otros exfuncionarios albertistas, como Gabriel Katopodis o Silvina Batakis, que dieron el salto y hoy forman parte del gobierno de Kicillof, uno de los pocos sobrevivientes de la debacle del kirchnerismo en las elecciones de octubre pasado.

Sonrisas y cartas en la despedida de Guglielmi

La semana pasada, el movimiento de la Casa Rosada se conmovió con la noticia de la remoción de Alejandro Guglielmi, el coronel a cargo de la Casa Militar desde inicios de la gestión de Alberto Fernández.

Como modo de responder a rumores de “incomodidad” con él en la cúspide del poder, el Gobierno atribuyó su cese al “normal recambio cada dos o tres años” del máximo responsable de la seguridad del Presidente en la Casa Rosada y la quinta presidencial de Olivos.

Claro que Guglielmi, de proverbial buen trato, se despidió a su modo: hizo llegar una carta a varias dependencias de Balcarce 50, entre ellas la sala de Periodistas, en la que agradecía “el respeto” a su trabajo, escrito de su puño y letra, debajo de frases generales que destacaban el “profesionalismo, el compromiso y la amabilidad” de quienes recibían la misiva.

Para dejar en claro que no quedaron rencores, y siempre sonriente, Guglielmi acompañó el jueves a su sucesor, el también coronel Sebastián Ibáñez, en su presentación informal con los periodistas acreditados en la Casa Rosada, antes de la conferencia de prensa del portavoz Manuel Adorni.

Marcos Peña, con libro nuevo y en “modo rosca”

Poco y nada se sabe de la vida de Marcos Peña, el otrora todopoderoso jefe de gabinete de Mauricio Macri, que desde que terminó su función pública en 2019 dejó los cargos y comenzó un largo período de silencio, solo interrumpido por proyectos personales, como la serie de entrevistas en el ciclo 77, que nucleó a distintas personalidades de su generación.

Pero como el bichito de la política es difícil de erradicar, testigos indiscretos aseguran que el aún joven exfuncionario sostuvo algunos cafés informales con segundas líneas de la política, en especial con pasado peronista.

“Pero no vuelve, olvidate”, contó uno de sus antiguos compañeros de ruta del gobierno macrista, quien sin embargo lo notó entusiasmado con la inminente salida de su nuevo libro, centrado en el liderazgo y que incluye por cierto varias de las extensas entrevistas a políticos, deportistas, personalidades del espectáculo y otros rubros, con los que Peña conversó en los últimos dos años.

Ni una palabra le pudieron sacar sobre la nueva etapa de Pro, que ayudó a fundar, ahora con Mauricio Macri como presidente, y con el desafío que supone Javier Milei en el poder.

 

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