“Aunque parezca una paradoja, la muerte y la vida no son signos opuestos, sino que son un solo fluir cuando el vínculo entre el ser que parte y el que queda es el amor”, había escrito María Kodama (1937-2023) en las páginas finales de su libro Homenaje a Borges. Hoy se conmemora el primer aniversario de la muerte (o ingreso al Gran Mar, “como llamaban a la muerte los florentinos”, según precisó ella misma), a los 86 años, de quien había acompañado al máximo escritor argentino por décadas. ¿Y qué queda sino el reconocimiento de su tarea como difusora de la literatura borgeana en el mundo?

Como en vida Kodama no conmemoraba -o “prefería no hacerlo”, a la manera del Bartleby, el personaje de Herman Melville, pero de Barrio Norte- las fechas de las muertes de los seres queridos, sus cinco sobrinos y herederos decidieron continuar con esa tradición.

No obstante, el 10 de este mes Kodama hubiera cumplido 87 años; ese día, en la sede de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges (que Kodama había creado en 1988 y que ahora preside su sobrina, la letrada María Victoria Kodama) se decidió celebrar un pequeño homenaje al que fueron invitados amigos de Kodama y personalidades de la cultura. La actriz y cantante Andrea Bonelli y la pianista Shino Ohnaga ofrecieron un fragmento de la obra Borges y yo. También se inauguró una vitrina en el Museo Borges, especialmente dedicada a ella, con fotografías, ejemplares de sus libros, objetos personales (como los anteojos) y condecoraciones.

“A Borges siempre se lo recordaba exclusivamente en la fecha de su cumpleaños desde la fundación internacional que ella presidía, con festejos que incluían música, lecturas, tortas y amigos, pero expresamente no se hacía ninguna referencia al día de su deceso -contó Norberto Frigerio en un artículo publicado el pasado 10 en este diario-. Solía aclarar que esa modalidad era una tradición japonesa que ella había adoptado con total convicción”.

Desde Penguin Random House (PRH), informaron que la editorial y los herederos organizarán un acto oficial de homenaje a Kodama en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires el 5 de mayo a las 16, en la Sala Tulio Halperin Donghi. En el último día de la Feria del Libro en 2023, se rindió tributo a Kodama en un encuentro organizado por el director de la revista Ayesha, el escritor y editor Alejandro Margulis, al que asistieron los sobrinos y la viuda de Jorge Kodama. En abril, Sudamericana (sello de PRH) reeditará Historia de la noche, libro de poemas y textos breves que Borges le dedicó a Kodama en 1977.

“María era muy activa en la defensa y en la difusión de la obra de Borges -dice el abogado Fernando Soto a LA NACION y vocal de la Fundación Borges-. Aunque siempre la extrañaremos, veo con alegría que sus herederos están trabajando con mucho compromiso y con mucho cariño para llevar adelante esa misión. María estaría, o estará, muy orgullosa de sus sobrinos y de cómo avanza y crece nuestra querida Fundación”.

La abogada y escritora Claudia Farías Gómez escribió con Kodama La divisa punzó, un alegato en favor de Juan Manuel de Rosas y el último libro que publicó. “Evoco a María con el profundo sentimiento de amistad que nos unió -dice a este diario-. También con el reconocimiento a la mujer de letras, apasionada del arte y la cultura de Oriente y Occidente que se resumían en su singular cosmovisión y carácter. Hasta el último de sus días trabajamos en el análisis de La historia secreta de los mongoles, el clásico del siglo XIII, ‘la Ilíada de los nómades de las estepas asiáticas’, como la llaman los eruditos, que terminé de traducir como un homenaje a su memoria, y que se publicará próximamente”.

“La mejor forma de rendirle homenaje es seguir con la obra que impulsó denodadamente a lo largo de décadas con la Fundación Borges, y así lo haremos, con el Museo, con las actividades, que empiezan en abril; las conferencias, los concursos de poesía y de cuentos para estudiantes de escuelas primarias y secundarias, a los que se suma un concurso de cuentos en español y en italiano que se hará con la Sociedad Dante Alighieri; las Jornadas Borges, las muestras, como Atlas de Borges, que se hará en la Argentina y en Italia”, enumera el licenciado Fernando Flores Maio, vicepresidente de la Fundación Borges.

“A María le encantaba el cine, particularmente el de Ingmar Bergman -concluye-. En el film El séptimo sello, el protagonista juega al ajedrez con la muerte, y finalmente pierde, y la escena final es a la vez grotesca y terrible. Pero, como repetía María, la vida es terrible y también fascinante. Y quizá lo que conviene, como hizo ella, es ignorar a la muerte aunque golpee nuestra puerta y, mientras tanto, jugar, divertirnos, disfrutar, como sugiere el tío de los chicos al final de Fanny y Alexander, del gran cineasta sueco”.

 

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