La red terciaria de caminos reviste importancia para el agro, debido a que es la primera vía con la que los productores hacen contacto para sacar sus existencias hacia los mercados. Sin embargo, se desconoce con certeza cuántos kilómetros cubren esas vías y el estado en que se encuentran.

“Los caminos rurales son importantísimos, porque son el origen, por donde sale la producción de la Argentina. No está muy claro quién los mantiene, pero sabemos que hay que hacer una buena gestión, un buen diseño de esos caminos rurales con perfiles de ingeniería y no sólo pasar una moto niveladora”, explicó Emma Albrieu, presidenta de la Asociación Argentina de Carreteras (AAC).

Albrieu, primera mujer que preside la entidad que, desde hace 71 años estudia las formas de mejorar la red vial nacional, y vicepresidenta de la Asociación Mundial de Carreteras (PIARC, por las siglas en inglés de Permanent International Association of Road Congresses), consideró: “Es un muy buen momento para hablar sobre ellos, cuando parece que no va a haber la gran obra pública que requiere la Argentina, pero podemos hacer mucho en caminos rurales, que son por dónde sale lo que después se distribuye a toda la red”.

Recordó que “en 1974 se hizo el primer simposio de caminos rurales en la Argentina, en Entre Ríos, y se sancionó una ley de fomento a caminos agrícolas, que dejó de estar vigente en 1977″. Sin embargo, aclaró: “La Asociación siguió trabajando en el tema rurales. Por eso en septiembre, en Paraná, se realizará el Quinto Congreso de Carreteras”.

En cuanto a los desafíos sobre la red terciaria, sostuvo: “Hay que buscar la zona con mayor demanda –en eso el INTA nos puede ayudar-, y cuál es la más vulnerable respecto del régimen de lluvias y demás. En base a eso, hacer un plan. Porque no es sólo hacer un buen alcantarillado. El desafío es dar soluciones a sus problemas y ver la manera que se mantiene adecuadamente en el tiempo”.

“La Asociación tiene los recursos técnicos, como resolver cuestiones de manuales, buenas prácticas, estabilización o mantenimiento de suelos”. También hay provincias que lo tienen muy bien estudiado, como Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe. Pero nunca es suficiente, porque cada vez se amplía más la producción, por lo que hay más demanda y no tenemos datos de tránsito”, lamentó Albrieu.

La situación de la red

En esa línea, recalcó que “en cuanto a la longitud de la de la red vial terciaria, algunos hablan de 350.000 y otros de 400.000 kilómetros. El dato surgió del Congreso Argentina de Vialidad y Tránsito que se realizó el año pasado en Mar del Plata, en el que estuvieron presentes todas las provincias y se llegó a ese número, que es más o menos variable, porque no hay un inventario como el de la red nacional o de las redes provinciales pavimentadas”.

La directiva agregó: “Hay que establecer el estado de los caminos rurales. Son 400.000 kilómetros. El problema de la Argentina es que es muy extensa, con poca población y poco tránsito y eso hace muy difícil la gestión de mantenimiento de esas vías”.

Además, descartó la posibilidad de establecer un plan nacional único, ya que “la problemática es bien distinta, porque la geografía es diversa y la geomorfología de los suelos es muy diferente. No es lo mismo un suelo en Entre Ríos, que es malísimo, con muchísima lluvia y con problemas para sacar la producción de la leche, que el de La Rioja, que es más arenoso”.

“Tendríamos que trabajar por regiones y por problemáticas y después buscar la gestión que, de acuerdo con el lugar y según la producción, sea más eficiente”, completó y acotó: “Estamos trabajando con el INTA para firmar un convenio. Ellos que están haciendo un relevamiento de la producción y tienen casos piloto para extrapolar. Pero hay situaciones que nos exceden ampliamente, como los canales clandestinos, en lo que sólo podemos dar una opinión técnica”.

Más allá de lo que estas rutas representan para el agro, la directiva afirmó que, para la AAC, “el camino rural es mucho más que una vía para transportar productos, es una forma en que la gente puede llegar a los hospitales y a las escuelas. Tienen una función social importantísima para quienes viven cerca de la producción, estén vinculados con ella o no. Por esa razón deben ser mantenidos, porque si se cortan, los chicos no van a la escuela, los enfermos no llegan a los hospitales y la gente no puede ir a trabajar”.

Sin embargo, aclaró, que cada camino tiene una situación diferente, “porque hay algunos que son provinciales, otros municipales, mixtos y también divididos. En general, los provinciales están bien codificados en una especie de inventario que facilitan su mantenimiento. Pero esto no ocurre con los 400.000 kilómetros de la red”.

La inversión

En otro sentido, Albrieu indicó que a la Asociación le “preocupa la inversión en infraestructura vial y, cualquiera sea la forma de financiamiento, somos conscientes de que es imprescindible. No sólo, en algunos casos, para ampliar la capacidad de la red, sino fundamentalmente para mantener el activo vial que tiene hoy la Argentina”.

“Si se considera la infraestructura, los pavimentos, todo lo que es la red, su valor es muy alto y es necesario calcularlo para tenerlo bien consciente, porque no se trata sólo de construir rutas nuevas, sino de mantenerlas. Eso es insoslayable. Puede ser con financiamiento privado, mixto u otro, pero la red vial argentina necesita ser mantenida y, en algunos casos, hace falta crear capacidad”, destacó.

La dirigente reconoció que “la situación económica es crítica, pero esto pasó en la década de los noventa, cuando la red de caminos estaba en muy mal estado y se concesionó. Se generaron corredores viales con distintas experiencias y se hicieron obras, algunas muy exitosas, como los accesos a Buenos Aires”. Reconoció que “en una situación de crisis económica hay que priorizar el mantenimiento y, por la falta de presupuesto, elegir muy bien dónde ampliar la capacidad. En primera instancia, nos tenemos que concentrar en conservar la red vial y, si mejora la situación, en desarrollar la infraestructura”.

 

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