Un grupo de 35 chicos de entre 9 y 11 años que asisten a un colegio de la localidad santafesina de Funes sufrieron vómitos y malestar abdominal producto de una intoxicación. Ante las dimensiones del caso, se activó el protocolo dispuesto por las autoridades locales de Salud para determinar las causas que derivaron en el malestar-

El episodio ocurrió este viernes en la “Escuela Arino”, ubicada en esa zona del “Gran Rosario”, donde -luego de que los niños presentaran los síntomas- asistió personal del área de Bromatología municipal para constatar lo ocurrido y tomar muestras en la cocina de la institución. Allí se preparan los alimentos que el alumnado consume a diario.

Según señala el diario La Capital, los resultados de las pruebas de laboratorio estarán disponibles en 72 horas. En principio, todo parece indicar que se habrían intoxicado ya que todos los estudiantes afectados almuerzan en el lugar.

“Al enterarnos de lo sucedido nos pusimos a disposición de las familias y activamos el protocolo de seguridad alimentaria. Tomamos la decisión de que el concesionario no siga prestando servicios y se lo reemplazó por otro, de la ciudad de Rosario”, relató a ese mismo medio el coordinador general del establecimiento, Nelson Abaca.

En tanto, informó también que la actividad en la institución continuaba de manera normal y aseguró que los chicos estaban bien. “El síntoma que casi todos tuvieron fueron vómitos, ninguno requirió internación”, aclaró para llevar tranquilidad a la comunidad educativa.

De la misma manera, Abaca puso el foco en la “predisposición y colaboración de las familias” y señaló que “la determinación de no trabajar más con quienes manejaban el comedor tiene que ver con que más allá de los resultados técnicos en cuanto a la investigación” tiene que ver con “entender que los padres y madres pierdan la confianza en algo tan relevante como es la alimentación de sus hijos”.

“Nadie manda un hijo a la escuela para que regrese descompuesto y nosotros entendemos perfectamente eso”, resaltó y enfatizó en que son conscientes de que “la situación podria haber sido más grave si no existieran los controles que hay”, ya que -destacaron- la institución trabaja bajo la supervisión de una nutricionista y una técnica en alimentos en el área de cocina.

Si bien todavía no se sabe cuáles fueron los causantes, se estima que las altas temperaturas que se registraron en los últimos días pudieron haber afectado a alguno de los alimentos o materias primas con las que elaboran los almuerzos y meriendas de los chicos.

 

Facebook Comments