Los despidos improcedentes son aquellos que se producen cuando la empresa no justifica de manera correcta la causa del despido o en otro caso, lo hace de forma incorrecta. Si un despedido resulta improcedente, la compañía está obligada a readmitir al trabajador en su puesto de trabajo, abonando los salarios que hayan quedado sin percibir desde el despido.

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En caso de que la empresa no readmita al trabajador, en su defecto tendrá que abonar una indeminización equivalente a 33 días de salario por año de servicio, prorrateándose por meses los periodos inferiores a un año y con un máximo de 24 mensualidades.

Ahora bien, muchos trabajadores se pregutan si pueden despedirlos después de elaborar una reclamación a la empresa. El creador de contenido sobre derecho, @un_tio_legal, ha compartido una publicación en su Instagram donde responde esta pregunta.

Lo primero que recomienda es enviar un burofax, puesto que de esta forma se produce «la garantía de indemnidad», un principio que prohíbe cualquier actuación o represalía por parte del empelador contra un trabajador que haya ejercido sus derechos laborales o haya presentado una reclamción judidicla o administrativa.

Además, el experto recomienda grabar la reclamación de vuestro derechos en caso de que se trate de una conversación verbal. «Podeís grabar, es totalmente legal, no hace falta el consentimiento de la otra parte». De esta forma, concluye que «burofax más grabación, blanco y en botella; despido nulo».

 

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