La biodiversidad no deja de sorprendernos: con 10 centímetros de longitud y entre 40 y 50 gramos de peso, este pequeño y ágil animal tiene la característica más distintiva de la especie terrestre más grande del planeta, el elefante y su famosa trompa. Se trata de la popularmente conocida como musaraña elefante de orejas cortas (Macroscelides proboscideus), aunque la literatura científica la denomina sengis.

El hábitat natural de esta especie se encuentra en el sur del continente africano, concretamente en Botsuana, Namibia y Sudáfrica. Sin embargo, una musaraña elefante ha llegado recientemente a BIOPARC Valencia, constituyendo así el único individuo de la especie que puede observarse en España. 

En un mundo en el que cada 10 minutos se extingue una especie, puede decirse que el sengis se halla en una situación relativamente estable: fue evaluado y añadido a la Lista Roja de la UICN en 2013, y desde entonces ha ocupado la categoría de «Menor preocupación». ¡Conozcamos un poco más sobre este animal!

Un nombre confuso

Pocos mamíferos tienen una historia tan incomprendida de ascendencia evolutiva como la musaraña elefante, y es que desde que la especie fue descrita por primera vez a mediados del siglo XIX, los científicos han debatido sobre su posible vínculo con las musarañas, los erizos o los topos.

Ahora, gracias al uso de técnicas moleculares, se sabe que las musarañas elefante representan un pariente muy lejano de las «verdaderas» musarañas, y es por eso que, ante la confusión, algunos biólogos optan por denominarlas sengis. 

UNAS CAPACIDADES EXTRAORDINARIAS

Del mismo modo que su morfología, el comportamiento de la musaraña elefante es atípico: se trata de una especie monógama y no migratoria, por lo que los ejemplares pasan la mayor parte de su vida en un mismo lugar. Eso sí, estos animales ponen como prioridad su soledad. Por ejemplo, la hembra mantiene sin vigilancia a su camada y solo regresa una vez al día para alimentarla. 

Además, en el parto solo dan a luz a 1 o 2 crías, que pocas horas después de nacer ya pueden echar a correr, lo que les hace ser precozmente independientes, aunque sigan necesitando a su madre para alimentarse. Y en línea con este dato, cabe destacar que se trata de uno de los pequeños mamíferos más veloces, pudiendo alcanzar los 30km/h. Para hacernos a la idea, un ratón común difícilmente consigue llegar a los 10km/h. 

Y ahora te preguntarás, ¿para qué le sirve la trompa? Esta protuberancia es utilizada por las musarañas elefantes como sonda para rastrear el olor de presas invertebradas en su entorno, tales como hormigas, termitas y escarabajos. Sin embargo, al contrario que su antagónico en tamaño, el elefante, el sengis no es capaz de agarrar elementos con la trompa para llevárselos a la boca: para cumplir esa función, simplemente emplea su larga lengua. 

 

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