Esta semana, mediante las redes sociales, surgió una nueva incógnita que dejó perplejo a más de uno. Se trata de la capacidad que poseen algunas personas de predecir la lluvia. Según la ciencia, al igual que algunas especies de animales, los seres humanos también cuentan con la posibilidad de “oler” las tormentas a pesar de que se encuentren a decenas de kilómetros de distancia.

Más allá de que nuestro país se vio azotado por el fenómeno de La Niña hasta 2023, la temporada de lluvias de este verano y la parición de El Niño generaron semanas de mayor presencia de tormentas y gran caudal de lluvias. Esta sería una de las razones primordiales que, según explicaron los científicos, ayudarían a que una persona sea capaz de adivinar si se avecina un aguacero.

Existen personas que “huelen” la tormenta antes de que llegue y esto se debe al petricor, que viene del griego petros (piedra) e icor (sustancia que corría por las venas de los dioses). Según la RAE, se documenta como adaptación del inglés petrichor en referencia al olor a lluvia.

Lo cierto es que en el suelo hay presencia de ciertas bacterias que, cuando cae agua de lluvia, liberan este aroma hacia el ambiente. En diálogo con la BBC, el profesor Mark Buttner, jefe de microbiología molecular del Centro John Innes, aseguró que “muchos animales son sensibles a ella, pero los seres humanos son extremadamente sensibles”.

Tal es el agrado de este olor particular que hasta los perfumistas se interesaron en conocer más de ello. Una de las investigadoras que ahondó en el tema fue Marina Barcenilla, que explicó: “Incluso, cuando se diluye en partes en el rango de los mil millones, [los humanos] aún pueden detectarlo”.

Esta bacteria en contacto con el agua libera una sustancia química que se conoce como geosmina y para muchos humanos puede ser algo terrible. A pesar de que no es tóxica, al percibirla algunos huyen de esta de inmediato. El proceso es el siguiente: cuando cae el agua al suelo, las gotas se agolpan y aplanan, por lo que atrapan bolsas de aire, que con la evaporación suben a la atmósfera en el aire. Cuanto más días de lluvia haya, mayor proporción habrá en el ambiente.

Otra de las razones por la que un cierto grupo de personas es capaz de predecir la lluvia es gracias al químico ozono y su particular olor característico que hace que muchos se mantengan alerta ante la próxima tormenta.

Este gas se encuentra en la estratósfera, pero muchas veces debido a los fuertes temporales sus moléculas son arrastradas hasta el suelo. Su aroma es más dulce que el petricor y las fosas nasales tienen la posibilidad de detectarlo.

El gas ozono está compuesto por tres moléculas de oxígeno y se forma gracias a los rayos que dividen las partículas de nitrógeno y oxígeno. Gracias a las corrientes de aire, son arrastradas varios cientos de kilómetros hacia zonas donde aún no se percibió la llegada de una tormenta. Cabe destacar que en las urbes, la capacidad de detectar este aroma es menor a la de las ciudades o pueblos rurales, en donde gracias a la baja construcción y presencia de más suelo verde es posible que la naturaleza actúe.

 

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