El colágeno tiene como función principal la formación y el mantenimiento de las estructuras de los tejidos que forman el cuerpo, incluida la piel, por lo que juega un papel crucial en propiedades como la fuerza y la flexibilidad. Este químico natural ayuda en gran medida el aspecto de la piel, las uñas o el cabello. Aunque la producción de colágeno disminuye irreversiblemente con la edad, existen varios alimentos que ayudan a restablecer la concentración de esta sustancia en el organismo.

El colágeno es uno de los compuestos más importantes para el organismo, dado que se encarga de fortalecer los tejidos conectivos de músculos, tendones, ligamentos, piel, huesos, cartílagos y órganos hematológicos y adiposos. Además, su función es formar las fibras a partir de las que se crean las estructuras corporales. Por tanto, es responsable del nivel de resistencia y elasticidad de estas estructuras y juega un papel importante en la hidratación del cuerpo humano.

De acuerdo con un grupo de investigadores de la Dartmouth Medical School, en Estados Unidos, la prolina contenida en las claras de huevo y los productos lácteos, y la vitamina C en los cítricos son excelentes fuentes de activación del colágeno. Sin embargo, también se puede encontrar en otros alimentos, como los frutos rojos. Se tratan de una opción muy recomendable para añadir a la dieta, porque aportan licopeno, un antioxidante que favorece la formación de colágeno.

Sin embargo, en este grupo destacan los que cuentan con una tonalidad más azulada, porque la proporción de vitamina E es ligeramente mayor. Esta vitamina tiene un efecto antioxidante que ayuda a regenerar las células y protege los tejidos corporales del daño causado por los radicales libres.

Recomendaciones de consumo

Siempre conviene comerlos frescos durante los meses de estación y, en otros momentos del año, es recomendable comprarlos congelados. “Los frescos conservan mejor sus principios nutritivos y son más sabrosos. Cuando se congelan, como el proceso es rápido, pierden pocos nutrientes. En cambio, si se cocinan y se exponen a altas temperaturas, se degradan los antioxidantes y las vitaminas”, indicó la nutricionista Claudia Sempé.

También es posible congelarlos en casa y descongelarlos en el momento en que se van a comer. “Consumirlos congelados no sería un problema, ya que, al ser un método de conservación, no habría diferencia de nutrientes respecto de los frescos”, apuntó su colega, Lorena Pérez.

La ingesta de estos frutos rojos puede ser en licuados, jugos, postres o mermeladas caseras. Todas son una buena manera de incluirlos dentro de una dieta balanceada, pero siempre bajo las recomendaciones de un especialista.

 

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