La NASA se prepara para un hito sin precedentes en la exploración espacial: enviar un mensaje desde nuestro planeta a Europa, una luna de Júpiter cuyo manto de hielo oculta un océano. Este gesto simbólico, plasmado en una placa de tantalio a bordo de la misión Europa Clipper, subraya también el puente invisible que une a todos los seres en torno al elemento vital: el agua.

 

La placa, fabricada en metal de tantalio y con unas dimensiones de aproximadamente 18 por 28 centímetros, cuenta con diseños gráficos en ambas caras. En la cara visible, se presenta una obra artística que simboliza el vínculo entre la Tierra y Europa. 

Lingüistas reunieron grabaciones de la palabra «agua» en 103 idiomas de distintas familias lingüísticas de todo el mundo. Estos registros sonoros se transformaron en representaciones visuales de las ondas sonoras y se inscribieron en la placa. Dichas representaciones se extienden desde un símbolo que denota el gesto para «agua» en la lengua de signos estadounidense.

¿Qué otros mensajes hay en la placa?

Este artefacto, además, alberga el Elogio al misterio: un poema para la astronave Europa de Ada Limón, un poema que encapsula la maravilla y la curiosidad que impulsan nuestra mirada hacia el cosmos. Junto a él, un microchip de silicona que alberga más de 2,6 millones de nombres aportados por el público se encuentra. 

Este microchip constituye el elemento principal de una representación artística que muestra una botella en el corazón del sistema joviano, evocando la iniciativa de la NASA denominada «Mensaje en una botella», que animaba a la gente a incluir sus nombres en la nave espacial.

En el reverso de la placa, la ecuación de Francis Drake y las líneas de emisión de radio remiten a la incesante búsqueda de respuestas en el vasto silencio espacial (no en vano, en 1961, este astrónomo ideó esta ecuación matemática con el objetivo de calcular la probabilidad de descubrir civilizaciones avanzadas fuera de nuestro planeta), mientras que el retrato de Ron Greeley rinde homenaje a los pioneros que soñaron con desvelar los secretos de Europa (fue uno de los fundadores de la ciencia planetaria). 

 

A bordo de Europa Clipper, cada detalle ha sido minuciosamente concebido para fusionar ciencia, arte y esperanza. Desde la selección de materiales hasta el diseño de la placa, cada elemento narra una parte de nuestra historia colectiva y de nuestra incansable búsqueda de conocimiento. 

En suma, este viaje de 2.600 millones de kilómetros es, en esencia, un mensaje en una botella cósmica, lanzado hacia las estrellas con la aspiración de conectar, de alguna manera, con lo desconocido.

Objetivo de la misión

Con la mirada puesta en octubre para su lanzamiento, Europa Clipper está a punto de iniciar un viaje que podría cambiar nuestra comprensión del universo y de nuestra propia existencia. Este no es solo un viaje de una nave a través del espacio; es un viaje de toda la humanidad, llevando consigo nuestros sueños, nuestras palabras y nuestra eterna fascinación por el misterio que yace más allá de las estrellas.

La misión Europa Clipper, que sobrevolará la helada luna jupiteriana en 49 ocasiones, no solo persigue el descubrimiento de condiciones habitables. Es también una expedición en busca de entendimiento, un puente tendido desde nuestro mundo acuático hacia otro, en la esperanza de que, en algún lugar entre las partículas de hielo y las ondas de radio, encontremos reflejos de nosotros mismos, o quizás, de algo completamente diferente.

 

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