Según los resultados anunciados por la Comisión Electoral Central rusa (CEC), con el 87,28% de los votos Vladimir Putin se aseguró un quinto mandato. Solo tres candidatos simbólicos –ninguno se oponía a la invasión a Ucrania que lanzó Rusia– recibieron permiso para postularse. El candidato comunista Nikolai Kharitonov obtuvo el 4,31%; el de Gente Nueva, Vladislav Davankov, el 3,85%, y el del Partido Liberal Democrático Leonid Slutsky, el 3,20%. La participación de votantes alcanzó el 73,33% al cerrar las urnas. Con el objetivo de abrumar los colegios electorales el último día, jóvenes de 25 a 40 años hicieron largas colas en el “Mediodía contra Putin” como señal de protesta. También en Buenos Aires se votó en la embajada rusa, cuyo vallado exhibió toda la semana un espontáneo homenaje al fallecido Alexei Navalny.

Finalizada la votación, Putin agradeció a sus connacionales que se movilizaron para votar, prometiendo que su victoria permitirá a Rusia ser más fuerte y más eficaz. Aseguró que todos los planes se concretarán y los objetivos serán alcanzados y que su país no se dejará intimidar por las presiones internacionales.

Las elecciones se realizaron en el contexto de una represión despiadada que ha paralizado a los medios independientes y que le ha dado al jerarca ruso el control total del sistema político. El gobierno controla los medios de comunicación, las elecciones y el Parlamento, mientras los verdaderos oponentes al régimen están muertos, en la cárcel o fuera del país. Putin acaba de alcanzar una de sus mayores ambiciones: consolidar el poder absoluto.

El Kremlin presentó las elecciones como una oportunidad para que los rusos expresen su apoyo a la ofensiva en Ucrania. Más del 70% de la población sostiene que la incursión militar terminará siendo un éxito y el mismo porcentaje considera que Occidente está contra Rusia. Tres cuartos interpretan que el país va en la dirección correcta, en tanto la popularidad de Putin superaría el 80%.

Una vez divulgados los primeros resultados electorales comenzó una fuerte condena por parte de la comunidad internacional contra la farsa electoral de Putin. Los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Ucrania y Polonia fueron los primeros en pronunciarse con duros términos sobre los comicios que le garantizarán al jefe de Kremlin su quinto mandato.

El resultado de este amañado proceso eleccionario resulta muy importante para el poder político ruso, que lo necesita para demostrar que el régimen es poderoso.

El grupo independiente de monitoreo del voto ruso Golos (“Voz”) señaló que la elección presidencial que Putin ganó fue la más fraudulenta y corrupta en la historia del país.

El dictador ruso camina sobre la huella sanguinaria que trazó Stalin para blindar su poder. Conocido como un avezado manipulador, Putin dice una cosa y hace otra, además de erigirse como un autócrata con vocación imperialista.

Los opositores al régimen no pueden imaginar ninguna alternativa a Putin porque, durante más de 20 años, el sistema político se ha construido de tal manera que estas no se permiten. Menos aún cuando el dictador se halla en el momento de mayor fortaleza de los últimos dos años. Sus ambiciones imperialistas siguen intactas como lo está demostrando en Ucrania, una invasión de cuyo desenlace depende su futuro y el de su país.

 

Facebook Comments