El pescado es uno de los elementos más nutritivos para nuestra salud. La ingesta habitual de este producto se relaciona con una serie de cualidades que benefician a nuestro cuerpo. Su alto contenido en ácidos grasos omega-3 y sus propiedades antiinflamatorias, hacen que sea un gran aliado para cuidar de nuestra alimentación.
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Los pescados grasos como el salmón, el atún y las sardinas son ricos en ácidos grasos omega-3. Este tipo de ácidos son fundamentales para el funcionamiento óptimo de la salud cardiovascular y cerebral. Por otro lado, también se ha demostrado que reduce los niveles de colesterol y triglicéridos.
Por otro lado, aunque comer pescado sea saludable, hay algunos peces que los expertos han recomendado evitar o por lo menos, reducir su consumo en lo máximo posible. El primero de ellos es la panga, el pescador con la peor popularidad del mundo. Se cría en el sudeste asiático y se cuestiona por la contaminación de las aguas.
En segundo lugar, encontramos la perca, un pescado que aporta muy poco a la salud. Aunque tiene pocas calorías, su valor nutricional es muy reducido, por lo que no merece la pena añadirlo en las dietas para perder peso. Finalmente, tenemos la tilapia, otro pescado de Asia con pocas calorías. Si bien se suele añadir a los guisos, no aporta realmente nada. Como recomendación, la merluza es un perfecto sustituto de estos tres pescados.
