Los problemas de ‘fair play’ condicionan al Barça. En su deseo de ganar margen salarial, el club azulgrana trabaja con la idea de que Íñigo Martínez abandone la disciplina culé el próximo curso. No por una cuestión deportiva, sino por un asunto de gestión de plantila. El equipo cuenta con varios centrales de nivel, la ficha del ex del Athletic es considerable y, además, la entidad no tiene ningún compromiso federativo en caso de desprenderse de Íñigo a final de la presente campaña.

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La presencia de Araujo, Kounde y, sobre todo, la irrupción estelar de Pau Cubarsí provocan que el Barça vea el centro de la defensa como una opción para aligerar masa salarial. No solo los citados, sino que también está por ver qué sucede con Eric García, cedido al Girona. De hecho, la idea si se confirma la salida de Íñigo es que el de Martorell o bien Mika Faye puedan ocupar su rol en la plantilla. Recientemente, Eric ya ha dejado claro que regresará al Barça «al cien por cien» para arrancar la pretemporada y después decidirá en función del protagonismo que intuya que puede tener.

Ante tal escenario, el Barça cree que liberarse de la ficha de Íñigo, que ronda los ocho millones brutos, es una solución válida en su intento de regresar a la regla del uno a uno. No porque el vasco no esté cumpliendo sobre el césped, todo lo contrario, pero sí porque hay prioridades y en otras zonas del campo no hay el ‘overbooking’ que sí existe en el eje de la zaga.

Sin vínculo federativo pero sí privado

El pasado verano, los problemas del club azulgrana a nivel de ‘fair play’ provocaron que Íñigo Martínez y el Barça se comprometieran únicamente por una temporada a nivel de inscripción. Pero el contrato privado entre las partes sí es de dos años. ¿Qué significa esto? Que al club no le ‘costará’ nada en términos de ‘fair-play’ desprenderse del zaguero, pero sí deberá pagarle la segunda temporada. Habrá que ver si en su totalidad o en un porcentaje alto.

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Iñigo Martínez marcando de cerca a Larin en el FC Barcelona – Mallorca
Valentí Enrich
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Esto segundo sería más factible si el vasco encontrara una oferta que alcanzara o se acercara mucho a lo que debería percibir en un hipotético segundo curso en Can Barça. En este punto también hay que tener en cuenta que su salario la próxima campaña sería mayor que el de la presente, ya que se lo ajustó por cuestiones de ‘fair play’.

La opción de prescindir de Íñigo, pues, seguiría siendo intersante para el Barça pese a tener que abonarle el segundo año, ya que esa cantidad económica no impactaría a nivel de ‘fair play’, la gran preocupación del club.

El club no quiere dejarle ‘colgado’

La entidad que preside Joan Laporta intentará ayudar a Íñigo a encontrar un destino satisfactorio para el defensa. El club se moverá en busca de una propuesta que satisfaga al jugador, no solo a nivel deportivo sino también económico. Como mejor sea la oferta, más opciones habrá de analizar si es viable alcanzar un acuerdo con el ex del Athletic para abonarle solo una parte del segundo año, aunque es poco probable que así sea.

Aunque una hipotética salida de Kounde o Araujo podría variar los planes, lo cierto es que el futuro de Íñigo, igual que el de Marcos Alonso, está lejos de Barcelona. El central de 32 años incrementó su protagonismo en noviembre de 2023 pero alguna que otra lesión primero y la aparición de Cubarsí después le han relegado a un segundo plano. En el vestuario valoran muy positivamente el rendimiento y actitud de Íñigo, pero a la vez desde el club admiten que, por desgracia, la situación de ‘fair play’ es incómoda para la entidad.

 

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