La disputa entre SanCor Cooperativas Unidas Limitadas (CUL) y la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la Argentina (Atilra) parece sumar nuevos capítulos, aunque los últimos acontecimientos estarían reflejando una merma del poder que otrora exhibió el gremio, que derivó por varias semanas en un cese casi total de la producción de la firma con sede en Sunchales, el cierre de algunas plantas, y la pérdida comprobable de su participación en el mercado argentino.

Otro motivo de conflicto apareció en las últimas horas cuando Atilra denunció supuestos desvíos de fondos en la empresa “para no pagar a los trabajadores ni a los acreedores”, según el gremio. Desde la empresa, ante una consulta de LA NACION se aseguró que lo expresado por Atilra “es un completo disparate”.

En una solicitada titulada “No al vaciamiento y a la complicidad”, el gremio sostuvo que SanCor “viene realizando maniobras de desvío de flujos de caja, con el objeto de ocultar los activos dinerarios a los acreedores de la empresa; entre esas deudas se destacan créditos por varios miles de millones de pesos a favor de los trabajadores originada en falta de pago de salarios y a la entidad sindical, por aportes y contribuciones retenidos pero no depositados al sistema de salud”. Desde la compañía contestaron: “Eso no es así. Es un completo y verdadero disparate”.

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Según pudo saberse, “todas las plantas de SanCor trabajan normalmente en este momento”, si bien la fuente consultada aclaró que ello ocurre “en un contexto de producción acotado estacionalmente”.

En la solicitada mencionada, el gremio sostuvo: “Hemos instado todas las acciones administrativas y estamos instando las judiciales, y en tal sentido deseamos advertir a las autoridades de SanCor y a aquellas empresas y entidades financieras, que se presten a facilitar de cualquier modo, mediante actos jurídicos simulados y cesiones de créditos y facturas, el desvío natural de toda empresa de vender, facturar y cobrar documentada y bancariamente, lo cual solo tiene como finalidad ocultar activos dinerarios, en fraude a los acreedores, entre estas maniobras cabe destacar la intermediación y triangulación que realiza SanCor con sus exportaciones a Cuba, ignorándose el modo de cobranza de las mismas, sustrayéndola al giro normal y transparente que debería ser propio de una actuación comercial honesta, de tal modo las denuncias se encuentran en marcha y aportaremos toda la información con la que contamos y que aquellos que resulten autores, coautores, cómplices y/o encubridores de estas maniobras serán denunciados en la justicia”. El escrito destaca el pedido para que se investiguen “eventuales maniobras de triangulación”.

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En tanto, parece haberse diluido la idea sustentada por el titular de Atilra, Héctor Ponce, quien durante la última parte de la gestión del gobierno que encabezó Alberto Fernández intentó que la Nación aportara a un fondo fiduciario encabezado por empresarios para quedarse con el control de la láctea.

El panorama comenzó a tener un vuelco cuando a fines de febrero pasado el gobernador Maximiliano Pullaro dispuso que fuerzas policiales ingresaran a la planta Sunchales de SanCor para garantizar que pudieran desarrollar tareas los empleados que no compartían la postura gremial de protesta. Desde entonces, y en las semanas siguientes, la actividad se normalizó, aumentó la producción de derivados lácteos y lo propio ocurrió con las plantas que la firma posee en otros lugares de Santa Fe y Córdoba.

 

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