EL CALAFATE.– El 4 de julio de 2020 la aparición del cadáver del exsecretario presidencial Fabián Gutiérrez, semienterrado en el predio de unas cabañas de esta ciudad, conmocionó al país. Desde la noche anterior, tres jóvenes estaban detenidos en la comisaría de la ciudad implicados en la desaparición. Uno de ellos se quebró y confesó el lugar donde habían dejado el cuerpo. Tras dos postergaciones y casi cuatro años después del hecho, este lunes se inicia el juicio oral en el que se los juzgará por homicidio calificado por ensañamiento y alevosía.

Fabián Gutiérrez fue cadete, secretario y confidente de Néstor y Cristina Kirchner, y, como varios de los hombres cercanos a los Kirchner, también fue investigado por cómo hizo su patrimonio mientras estaba bajo la protección del poder.

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En 1994, con 21 años, ingresó a trabajar como cadete a la Caja de Servicios Sociales, la obra social provincial, y al año siguiente se sumó al grupo de asistentes de Néstor Kirchner.

A partir de entonces, todo fue ascenso en la vida de Gutiérrez. Estuvo apenas un año alejado de los Kirchner, en 2005. Nunca trascendieron oficialmente las causas: se habló de estrés del secretario, que, para entonces, tenía 32 años. Cuando Cristina Kirchner fue elegida presidenta, Gutiérrez volvió al staff de los secretarios.

Fue una enorme mansión de más de 800 metros cuadrados la que lo puso en la tapa de los diarios. El secretario dijo que su precio solo había sido de US$300.000, aunque el mercado local la valuaba en un millón de dólares.

Tras alejarse del entorno de los Kirchner, Gutiérrez supo construir una apacible vida entre El Calafate, Puerto Madero, Río Gallegos y Tierra del Fuego. Logró montar una estructura de negocios variados que iban desde el turismo, construcción y gastronomía, hasta el lavado de ropa o juegos infantiles para niños.

Al momento de su crimen, Gutiérrez ya no trabajaba con los Kirchner, había declarado como arrepentido en la causa conocida como los cuadernos de las coimas y estaba procesado por lavado de dinero.

Mientras el económico es el móvil del asesinato más firme que dirigió la instrucción, aún hay preguntas acerca de lo que ocurrió la fatídica noche del asesinato y las horas siguientes, hasta que se encontró el cuerpo sin vida. La parte querellante espera que del juicio surjan implicados que no fueron investigados aún.

Lo que se sabe

Según el auto de procesamiento, la noche del 2 de julio de 2020 a Gutiérrez le pegaron con un palo en la cabeza, lo maniataron, le propinaron golpes en la cara y en el cuerpo y lo ahorcaron varias veces con un cable, hasta asfixiarlo. Post mortem, le dieron puntazos en el cuello. De acuerdo con el informe forense, el hombre, de 47 años, murió por asfixia mecánica. Quienes lo mataron buscaban dinero en efectivo en grandes cantidades, aunque nunca se encontraron rastros de lo que buscaban.

Para sustanciar el juicio, la Cámara Criminal Oral con sede en Río Gallegos se trasladará a esta ciudad, donde se encuentran los tres imputados detenidos y la mayoría de los casi 60 testigos presentados por la fiscalía, las defensas y las querellas en la causa.

Por la magnitud del juicio, se determinó que se realice en el complejo cultural de la ciudad y se prevé un fuerte operativo de seguridad.

Los imputados son Facundo Zaeta y Facundo Gómez, ambos de 23 años, y Pedro Muñoz, de 22, que serán juzgados por homicidio calificado por ensañamiento y alevosía, y serán los jueces Joaquín Cabral, María Alejandra Vila y Jorge Yance quienes tendrán a su cargo la sustanciación del juicio, en el cual se esperan la declaración de los imputados y la exposición de los testigos. Algunos de ellos lo harán en forma presencial y otros declararán de forma remota desde Estados Unidos, Río Grande y Buenos Aires. Incluso uno de los testigos lo hará a bordo de un barco, desde Brasil.

La noche del 2 de julio de 2020, Gutiérrez concretó una cita secreta con Zaeta en la casa a la que se acababa de mudar solo. Zaeta lo redujo, lo golpeó y lo maniató. Llamó a Gómez y este sumó a Muñoz. A partir de ahí cambian los relatos de los imputados, que se acusan entre ellos de haber sido los ideólogos del asesinato de Gutiérrez.

En los próximos días, a partir de los testimonios, se reconstruirán las últimas fatídicas horas de vida del exsecretario presidencial.

“Es un caso especial en el que hemos trabajado mucho y en medio de muchas adversidades”, detalló a LA NACION el abogado querellante, Sandro Levin Dumenes, representante de la madre de Gutiérrez, y recordó al perito criminalista Amilcar Fleitas, quien falleció por Covid mientras trabajaba en la causa: “Él nos abrió el camino para llevar adelante nuestra estrategia”, afirmó.

El abogado Dumenes lleva la querella junto a Gabriel Giordano. Ellos sostienen que hay terceros que fueron parte del crimen y a los que aún no se investigó, y esperan que esa información pueda surgir en el juicio.

 

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