En un acontecimiento que ha capturado la atención y el corazón de México, la jirafa Benito ha emprendido un extraordinario viaje de aproximadamente 2.000 kilómetros, desde Ciudad Juárez, en el norte del país, hasta Puebla, simbolizando un importante triunfo para los defensores de los animales

Este traslado, fruto de una intensa campaña ciudadana, ha culminado en la liberación de Benito de las condiciones adversas en las que se encontraba. Grupos de activistas y amantes de los animales celebran este acontecimiento como una victoria significativa en la lucha contra el maltrato animal en México.

 

Benito, un macho de tres años, residía en el Parque Central de Ciudad Juárez, administrado por el gobierno estatal. Su viaje a Puebla, en el centro de México, fue posible gracias a una sentencia judicial favorable en el estado de Chihuahua.

La activista Perla de la Rosa, miembro del Consejo Animalista, describió en medios locales la situación previa de Benito como un capricho y una decisión irracional, dadas las condiciones climáticas extremas de Ciudad Juárez, totalmente inadecuadas para una jirafa.

Un nuevo hogar para Benito 

La reubicación de Benito al Zoológico de Puebla Africam Safari se considera un paso crucial en la mejora de su calidad de vida. En su nuevo hogar, Benito estará a cargo de personal especializado, en instalaciones adecuadas para su especie, y en compañía de otros ejemplares.

Frank Carlos Camacho, director de Africam Safari, destacó en un mensaje en redes sociales la experiencia del zoológico en el cuidado de jirafas y aseguró que Benito se integraría rápidamente en su nuevo entorno, acompañado de otros animales como cebras y avestruces.

La logística del traslado de Benito fue compleja, involucrando un recorrido largo y complicado. La jirafa fue transportada en un remolque especialmente diseñado, equipado con paja, alfalfa, agua, verduras, y un sistema electrónico para controlar la temperatura y comunicarse con el animal.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y la Guardia Nacional supervisaron el traslado para garantizar la seguridad y el bienestar de Benito durante el viaje.

Un movimiento social

El reciente caso de Benito, la jirafa, ha servido como catalizador para un despertar colectivo en México respecto a los derechos y el bienestar de los animales. Este evento no solo resalta la importancia del cuidado apropiado de la vida silvestre en cautiverio, sino que también ha inspirado un movimiento social creciente, orientado hacia la defensa y protección de los animales que se encuentran en situaciones similares a las de Benito.

La conciencia ciudadana sobre los derechos de los animales en México ha experimentado un crecimiento notable. El caso de Benito se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el maltrato animal y ha propiciado un diálogo más amplio sobre las condiciones en que viven muchos animales en zoológicos y parques en todo el país.

 

Esta sensibilización ha llevado a los ciudadanos a cuestionar y rechazar las prácticas que comprometen el bienestar de los animales, impulsando un movimiento que exige cambios y mejoras en su trato y cuidado.

Un ejemplo de este creciente activismo es el caso de Ely, una elefanta que reside en el Zoológico San Juan de Aragón en Ciudad de México. Ely, al igual que Benito, ha despertado preocupaciones sobre las condiciones en las que vive, incitando a los activistas a abogar por un entorno más adecuado para ella. Estos esfuerzos reflejan una comprensión más profunda y un compromiso más firme con los derechos de los animales, buscando asegurar que cada ser vivo reciba el cuidado y el respeto que merece.

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