Coincidiendo con las fechas navideñas nos encontramos de lleno en la temporada de propagación de virus respiratorios estacionales, facilitada especialmente por el aumento de la movilidad y de las reuniones sociales en espacios cerrados. 

La influenza y el VRS vuelven a entrar en el panorama epidemiológico, sumados a un repunte de los casos de Covid-19. Así es la llamada «tripledemia», un cóctel vírico que durante los últimos años ha sido el principal responsable de tensionar los centros sanitarios. 

Datos recientes del Instituto de Salud Carlos III, recogidos a mediados de este mes de diciembre, indican que la tasa global de infecciones respiratorias agudas (IRA) registradas en Centros de Atención Primaria en España ha aumentado un 33% respecto a la semana anterior, y los casos graves que han requerido hospitalización han aumentado un 10%. 

Ante este repunte, la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) analiza el nivel de positividad en los distintos virus de la tripledemia que intervienen en las IRAs con el fin de detectar y controlar estos riesgos para la salud:

Un 20% corresponde a la gripe, enfermedad causada por los influenzavirus A y B, que ha aumentado un 7% respecto a la semana previa.Un 14,3% están causadas por variantes del virus SARS-CoV-2 que produce la enfermedad de la Covid-19, aumentando un 1% en casos confirmados. Un 15,2% corresponde al VRS o Virus Respiratorio Sincital, causante de bronquiolitis y neumonía, que ha disminuido sus casos un 0,6%. 

Los expertos deducen que, siguiendo las tendencias habituales en temporadas pasadas, el número de casos todavía irá en aumento durante las próximas semanas, seguido de un posterior descenso hacia finales de enero. 

Mientras tanto, el Ministerio de Sanidad recuerda la importancia del uso de la mascarilla y practicar el distanciamiento social siempre que sea necesario, además de instar a vacunarse contra la Covid y la gripe.

Esto es especialmente relevante para los grupos de riesgo o las personas que estén en contacto con ellos, contribuyendo a disminuir el numero de casos graves que terminen en hospitalización o incluso fallecimiento por alguna de estas enfermedades. 

Hay que tener en cuenta, además, que la enfermedad por alguna de las variantes del virus SARS-CoV-2 pueden fomentar la aparición de secuelas físicas que aumentan la susceptibilidad a sufrir otras enfermedades derivadas.

¿Cómo saber si es covid-19, gripe o algo más?

Las enfermedades causadas por virus respiratorios pueden compartir gran parte de su sintomatología y hacer que a simple vista se parezcan considerablemente, aunque existan entre ellas diferencias clave.

No obstante, la única forma de confirmación absoluta es realizarse una prueba específica para detectar estos virus en nuestro organismo. Muchas farmacias proveen pruebas rápidas de antígenos para el autodiagnóstico, y los centros de salud además llevan a cabo pruebas de laboratorio. 

El momento adecuado para hacerse una prueba es durante los días posteriores a la aparición de los síntomas, momento en el que suele empezar el pico de carga viral. Por lo general, tras la infección del virus el paciente con Influenza o VRS suele tardar entre 1 y 4 días en mostrar síntomas, o entre 2 y 14 días para una persona con Covid-19. 

Cuadro clínico: síntomas de una infección por Influenzavirus, VRS y Sars-Cov-2

Entre los síntomas comunes encontramos fiebre, fatiga, tos, congestión y secreciones nasales, dolor de cabeza, garganta y pecho, así como otros dolores corporales y sensación general de malestar, o dificultades respiratorias que pueden incluir silbidos. 

A diferencia de otras afecciones que también presentan una sintomatología similar, como por ejemplo un resfriado común, el nivel de gravedad puede variar y normalmente los síntomas se prolongan durante varios días

Un signo que suele indicar el contagio de Covid-19 es la pérdida del gusto y el olfato, aunque no todas las variantes del virus presentan estos síntomas. Hay que tener en cuenta que también podemos encontrarnos con el caso de personas infectadas que no presentan síntomas pero que, aun así, pueden transmitir el virus. 

El contagio se produce mediante las secreciones infectadas que expulsamos por la nariz o la boca al estornudar, toser o hablar, que se introducen en el organismo de otra persona normalmente por vía respiratoria. El virus también puede sobrevivir varias horas sobre objetos inertes, haciendo posible también el contagio sin cercanía a una persona enferma. 

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