La cumbre del clima COP28 que comienza este jueves en Dubái se enfocará en el progreso logrado desde el Acuerdo de París de 2015 y en cómo acercarse a los objetivos climáticos establecidos. Aunque las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado, lo han hecho a un ritmo más lento de lo proyectado, lo que indica un posible límite de calentamiento global de 2.7 grados Celsius, por debajo de los 3.5 grados previamente estimados.

El «inventario global» será clave en Dubái, donde los países evaluarán sus avances y deficiencias en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, los recortes en las emisiones aún no se han materializado completamente.

 

A pesar de los avances, los efectos del cambio climático ya están causando estragos, con eventos extremos como olas de calor e inundaciones que han provocado miles de muertes en Europa, Pakistán y Libia. Estos impactos, más severos de lo previsto, subrayan la urgencia de acciones más decididas.

Combustibles fósiles

Uno de los temas centrales será el futuro de los combustibles fósiles. Las negociaciones, lideradas por el CEO de una compañía petrolera, se centrarán en la necesidad de eliminar gradualmente el carbón, el petróleo y el gas. Aunque esta elección ha sido criticada por activistas y científicos, se argumenta que la participación de la industria en las conversaciones podría facilitar concesiones importantes.

Paralelamente, la ausencia de líderes mundiales como Biden y el Papa, este último por enfermedad, plantea dudas sobre el compromiso político global. A pesar de los avances en acuerdos sobre energías renovables y eficiencia energética, muchos argumentan que no es suficiente. La necesidad de erradicar los combustibles fósiles del modelo económico global es clara.

Contradicciones

Los activistas ambientales y funcionarios de la ONU critican la dualidad de los gobiernos que, por un lado, prometen reducir las emisiones y, por otro, aprueban nuevos proyectos de petróleo y gas. Esta contradicción pone en peligro la transición energética global y el futuro de la humanidad. 

La COP28 enfrenta así al desafío de equilibrar estas dinámicas complejas y contradictorias, buscando un consenso en medio de opiniones divergentes sobre el papel de los combustibles fósiles.

En el epicentro del debate en la COP28 se hallará la tecnología de captura y almacenamiento de carbono, una temática envuelta en un manto de opiniones polarizadas respecto a su efectividad y factibilidad. Existe una inquietud latente, una sombra que se cierne sobre el evento, alimentando el temor de que la cumbre se convierta en un escaparate de «greenwashing», una fachada de acciones ecológicas que en realidad carecen de sustancia y avance tangible.

En una perspectiva más amplia, la COP28 emerge como un hito crucial en el intrincado y arduo camino hacia la mitigación del cambio climático. A pesar de que las predicciones actuales sobre el calentamiento global son menos alarmantes de lo que se anticipó anteriormente, no se puede subestimar la severidad de los estragos ya desencadenados por el cambio climático, que se manifiestan en una realidad cada vez más devastadora. Esta cumbre, por tanto, se erige como una plataforma que debe trascender el mero diálogo, encaminándose hacia la adopción de medidas concretas y compromisos de envergadura

En suma, resulta imperativo que se superen estas controversias, así como las influencias políticas y económicas que podrían socavar la efectividad de estas acciones, en aras de forjar un futuro más resiliente y sostenible.

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