El búfalo cafre, también llamado búfalo africano, es un bóvido que habita la sabana africana. Tiene un temperamento bastante duro y complicado en ciertos momentos, y puede llegar a ser impredecible. Por ello, un acercamiento puede resultar peligroso.

Normalmente los acercamientos suelen ser desde un vehículo, como es el caso de esta fotografía. Así el animal se siente más seguro y nos podemos acercar con la máxima tranquilidad, siempre manteniendo las distancias de seguridad recomendadas. 

Los datos de la toma son ISO 100; f/32; 1/20 seg; lente 500 mm; cámara aps-c

Esta imagen está tomada desde la ventanilla del vehículo, apoyando la cámara y el objetivo sobre un bean bag, una bolsa llena de legumbres que estabiliza el equipo. Es muy efectiva, ya que nos permite una movilidad flexible para poder encuadrar a nuestro antojo, tanto en movimientos en vertical como en horizontal. En el caso de esta fotografía, el movimiento se realiza en horizontal, moviendo la cámara y el objetivo acompañando a los animales en su carrera.

A pesar de encontrarnos de manera muy habitual a estos grandes animales en enormes manadas o grupos con los que se sienten seguros del ataque de depredadores, en ocasiones los podemos ver corriendo por la sabana, ya sea por una estampida o porque se dirigen a gran velocidad a un lugar. Es este el momento que aprovechamos para realizar la técnica del barrido

La imagen se realiza con una cámara réflex, situando punto de enfoque en el centro de la imagen. Si la realizáramos con una cámara mirrorless, muy utilizadas actualmente, sería simplemente dejando el foco en modo predictivo para que siga a los sujetos principales de la toma.

Una vez seleccionado el foco, se cierra el diafragma, en este caso a f/32 por la luz que había en ese momento, ya que necesitamos una velocidad bastante lenta para realizar este tipo de tomas y conseguir así una correcta medición de la luz. Parametrizamos la cámara con una velocidad de 1/20 para conseguir el efecto de movimiento y velocidad deseado. 

Normalmente los búfalos vienen corriendo en grupos de dos o tres individuos dentro de la gran manada. Esto nos permite ir probando a medida que pasan corriendo delante nuestro.

Es muy importante colocarse en paralelo a la trayectoria que llevan, consiguiendo así la mayor parte de la superficie enfocada. Cuando aparecen en nuestro campo de visión, se engancha el sujeto con el botón hasta la mitad y vamos siguiéndoles con la lente en un moviendo horizontal, siguiendo su carrera, y solo cuando están en perpendicular a nuestra posición dispararemos la cámara a ráfaga intentando meterles en el encuadre.

La lente elegida es un teleobjetivo, en este caso un 500 mm fijo, porque así obtendremos este efecto con mayor facilidad. 

No se necesita un largo procesado de la imagen, simplemente contraste, saturación y niveles básicos. Eso si, la gran cantidad de imágenes tomadas hace que se tarde más de lo normal en seleccionar la ideal, aquella que tenemos en mente y que mejor transmite esa sensación de velocidad y movimiento que se vive en la naturaleza cuando se disfruta de ver a estos grandes animales a la carrera.

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