Los «continentes perdidos» son un concepto fascinante, más arraigado en la mitología, la literatura y la especulación pseudocientífica que en la geología o la ciencia convencional. El ejemplo más conocido quizá sea la Atlántida.

Descrito por primera vez por Platónen sus diálogos «Timeo» y «Critias», era una isla o continente poderoso situado más allá de las «Columnas de Hércules» (lo que ahora conocemos como el Estrecho de Gibraltar) que se hundió en el océano en un solo día y noche de infortunio. La Atlántida ha inspirado innumerables teorías y exploraciones, aunque la mayoría de los académicos la consideran una ficción creada por Platón para ilustrar sus teorías políticas.

 

Otro ejemplo de popularidad similar es Lemuria, un hipotético «continente perdido» que, en el siglo XIX, algunos científicos creían que existía en el Océano Índico o el Pacífico para explicar la distribución geográfica de ciertas especies. La idea de Lemuria, al igual que la de la Atlántida, ha sido ampliamente desacreditada en la comunidad científica. Con todo, también hay “continentes perdidos” que son reales y han sido identificados por la ciencia. 

El descubrimiento de Argolandia

Recientemente, un grupo de geólogos de la Universidad de Utrecht, ubicada en los Países Bajos, anunció un fascinante descubrimiento: la localización del “continente perdido” de Argolandia.

Este continente perdido es en realidad un inmenso fragmento de tierra que se separó en el pasado del oeste de Australia cuando este formaba parte del antiguo supercontinente de Gondwana. Gondwana era una masa de tierra que incluía no solo Australia, sino también Sudamérica, África, India y la Antártida.

La existencia de este continente perdido era conocida por los científicos desde hace mucho tiempo, gracias al descubrimiento de evidencias de su separación de Australia. Estas pruebas se encontraban en fósiles, cadenas montañosas y formaciones rocosas, lugares donde suelen dejar rastros de divisiones continentales.

Este emocionante hallazgo arroja nueva luz sobre la historia de la Tierra y la evolución de los continentes, proporcionando una perspectiva más completa de cómo se formaron y separaron a lo largo de millones de años. Y no es el único ejemplo.

Gran Adria: el continente perdido al sur de España

En el año 2019, otro grupo de investigadores provenientes de las universidades de Utrecht y Oslo, junto con el Instituto de Geofísica ETH de Zúrich, logró realizar una impresionante reconstrucción de la historia del Gran Adria. Este continente se encontraba ubicado hace aproximadamente 240 millones de años al sur de la Península Ibérica.

A pesar de que gran parte de este antiguo continente se halla sumergido bajo las aguas del Mar Mediterráneo, se han encontrado vestigios importantes en forma de piedras calizas y otras formaciones rocosas. Estas evidencias se extienden desde la región de Turín hasta la punta de la bota que conforma la geografía italiana. Esta conexión con el mar Adriático es la razón por la cual recibió su nombre, haciendo referencia a esta importante masa de agua.

Gran Adria emergió como una entidad distinta al desprenderse de Gondwana hace aproximadamente 240 millones de años. Esta masa de tierra, que inició su desplazamiento hacia el norte, tenía, hace unos 140 millones de años, un tamaño comparable al de Groenlandia. La mayor parte de Gran Adria estaba sumergida bajo un mar tropical, donde los sedimentos se iban acumulando y transformándose paulatinamente en roca.

Posteriormente, entre hace 100 y 120 millones de años, Gran Adria colisionó con la región que hoy conocemos como Europa. Este impacto causó su fragmentación y el hundimiento parcial bajo el continente europeo. De Gran Adria, solo un pequeño porcentaje de rocas, que fueron arrancadas durante la colisión, quedaron expuestas en la superficie terrestre para ser estudiadas por los geólogos. Estos restos constituyen ahora los cinturones montañosos de los Apeninos, algunas zonas de los Alpes, los Balcanes, Grecia y Turquía.

el continente sumergido de Zelandia

El continente de Zelandia, también conocido como Zealandia, Tasmantis o el continente de Nueva Zelanda, es un continente prácticamente sumergido que se hundió después de separarse de Asia hace aproximadamente 60-85 millones de años y de la Antártida hace unos 130-185 millones de años. La mayor parte de este continente (alrededor del 90 %) finalmente se sumergió en el océano Pacífico hace unos 23 millones de años.

En su máximo esplendor, Zelandia habría tenido una extensión de alrededor de 4 900 000 km², lo que lo hacía más grande que Groenlandia o la India en la actualidad, e incluso más grande que la mitad de Australia. Se caracterizaba por su forma excepcionalmente larga y estrecha, que se extendía desde Nueva Caledonia en el norte hasta más allá de las islas subantárticas de Nueva Zelanda en el sur. Actualmente, la mayor parte de Zelandia se encuentra bajo el agua, con Nueva Zelanda como la porción más grande que sobresale sobre el nivel del mar, seguida de Nueva Caledonia.

Estos hallazgos no solo han revelado los secretos geológicos de uno u otro continente perdido en la historia de la Tierra, sino que también proporcionan valiosas pistas sobre la evolución de las masas continentales y la dinámica de nuestro planeta a lo largo de millones de años. Es un valioso testimonio del compromiso y la dedicación de los científicos en su búsqueda constante de entender nuestro mundo y su historia geológica, lo que a la vez nos demuestra que el mundo no ha dejado de cambiar desde hace millones de años

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