En muchas ocasiones, solemos relacionar el cabello con un símbolo de la belleza, la vitalidad o la sensualidad. Sin embargo, con el paso de los años, todas las personas se enfrentan a un fenómeno que, aunque para algunos es insignificante y pasa desapercibido, para otros supone una auténtica preocupación: la aparición de las canas. Esos mechones blanquecinos que asoman y destacan, sobre todo, entre las cabelleras de tonos oscuros, representan una señal de que el tiempo no se detiene.

Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué aparecen o cuáles son los procesos que ocurren en tu cuerpo para que gradualmente el pelo se vaya tiñendo de forma automática? Y es que, más allá de ser un simple recordatorio de envejecimiento, la aparición de canas es todo un fenómeno biológico que involucra a la anatomía capilar y, más concretamente, a una sustancia protagonista en los colores humanos: la melanina.

LA ANATOMÍA CAPILAR

 De hecho, el cabello es una parte de nuestro cuerpo mucho más compleja de lo que podría parecer a simple vista. Tan solo su nacimiento, a partir de unas pequeñas estructuras casi invisibles llamadas folículos, es un proceso curioso: estas pequeñas áreas foliculares actúan como pequeñas fábricas de pelo que actúan de forma constante. Para llevar a cabo esta tarea, los folículos se rigen por una serie de células especializadas que generan nuevos cabellos, dividiéndose, a medida que los ya creados van creciendo.

Es lo que se encuentra debajo de lo conocido coloquialmente como la raíz del pelo, en la parte más externa de la piel, la epidermis. Se identifica con la parte viva del pelo pues, el cabello que vemos en la superficie es solo una estructura inerte, además de ser la estructura encargada de colorearlo. De ese trabajo en específico se encarga una sustancia, conocida como melanina, muy famosa por ser la responsable de colorear nuestra piel durante los meses de verano debido al bronceado, así como de determinar las diferentes tonalidades en los ojos.

EL PAPEL DE LA MELANINA

Al igual que en el resto del cuerpo, la melanina es la encargada de colorear de tonalidades oscuras el cabello: cuantos más gránulos de melanina contengan las nuevas células de cabello, más oscuro será la tonalidad del pelo. Es un pigmento que se produce en unas células especializadas conocidas como melanocitos, los cuales, en el caso del cabello, se encuentran en la base de los folículos capilares. Esta ubicación permite que, a medida que los melanocitos van sintetizando la melanina, esta se vaya transfiriendo a las nuevas células de cabello.

Sin embargo, puede ocurrir que, debido a diferentes causas, los melanocitos disminuyan el nivel de actividad y baje el rendimiento en la producción de melanina o, incluso, que acaben muriendo con el tiempo. Ante esta falta de pigmento, el cabello que no se impregna de melanina crece sin tonalidad, volviéndose claro y dando lugar a mechones de pelo blancos conocidos como canas.

CAUSAS PRINCIPALES

Para la mayoría de las personas, la aparición de canas no es un proceso que ocurra de forma abrupta, sino que estás van apareciendo de manera progresiva a medida que los melanocitos van cesando su actividad. Las causas pueden ser muchas y, en todo caso, dependerá de las condiciones de cada persona y solo podrán ser confirmadas por un especialista en la materia. Para un gran porcentaje de la población, la aparición de canas vendrá condicionada por la edad y el envejecimiento: es normal que los melanocitos se vuelvan menos activos con el paso de los años y pierdan su capacidad para elaborar melanina. Sin embargo, esto dependerá en gran medida de la genética de cada persona.

Además, ciertas conductas y episodios de la vida de cada persona pueden influir también de manera activa en la aparición de las canas. Así, el estrés puede tener un impacto significativo en este caso pues, aunque no esté directamente relacionado con la pigmentación del cabello, sí se cree que puede implicar la liberación de ciertas sustancias químicas y hormonas que entorpecerían la labor de los melanocitos. Por otra parte, la falta de ciertos nutrientes, como la vitamina B12, el hierro o el zinc, también podrían contribuir a la aparición de canas prematuras.

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