La historia de la ciencia está plagada de personajes que han sido realmente indispensables para llegar a entender el mundo tal y como lo hacemos hoy en día pero que, por unas u otras razones, no han logrado obtener el reconocimiento que se merecen. Si hablamos de científicas o de hallazgos hechos por mujeres, esos casos de olvido se multiplican, pues siempre han tenido que luchar contra barreras de género que les bloqueaba el camino hacia la obtención de méritos.

Henrietta Hill Swope pertenece a ese grupo de científicas algo olvidadas dentro de la ciencia, a pesar de que uno de sus descubrimientos cambió por completo la percepción que se tenía del tamaño de nuestra galaxia y del propio Universo. Dedicó toda su vida al estudio de las estrellas variables y, gracias a esos datos, consiguió medir por primera vez el tamaño de la Vía Láctea, y la distancia a la que se encontraba del resto de galaxias, abriendo las puertas a un estudio medible y detallado de la inmensidad del Cosmos.

MATEMÁTICA Y ASTRÓNOMA

Henrietta Hill Swope nació en Misuri en el año 1902 en el seno de una familia culta y acomodada. Sus padres eran personas formadas que buscaban la mejor educación y oportunidades para su hija: su padre era ingeniero licenciado en el MIT, y su madre una de las coordinadoras de la Liga Internacional de las Mujeres por la Paz y la Libertad.

Henrietta se enamoró de la astronomía desde pequeña. Y es que su familia solía pasar las vacaciones en una residencia de verano en la isla de Nantucket, en Massachusetts, donde se ubicaba el Observatorio María Mitchell, dirigido por la astrónoma Margaret Harwood. Tras acudir allí a una serie de charlas sobre astronomía y la Vía Láctea impartidas por el profesor de Harvard Harlow Shapley, en Henrietta se despertó el deseo de conocer más acerca del universo y las estrellas. El asombro fue tal que incluso su madre la animó a escribirle a Shapley para conocer más acerca del Cosmos y cómo llegar a ser como el catedrático.

Con las ideas claras, Henrietta cursó sus estudios superiores en Barnard College, graduándose en Matemáticas. A continuación, se matriculó en el Radcliffe College de Harvard, donde se especializó en Astronomía en el año 1928. Esa maestría le permitió volver a entrar en contacto con Harlow Shapley, quien la contrató para trabajar con él en el estudio de las cefeidas, un tipo de estrellas cuya luminosidad va variando en periodos cortos de tiempo. Allí, Henrietta se convirtió en toda una experta en el estudio de los cambios de las cefeidas: llegó a calcular las variaciones de hasta 1.600 estrellas entre 1927 y 1942 valiéndose únicamente de fotografías.

LAS BARRERAS DE GÉNERO

Sin embargo, la falta de referentes femeninos en el ámbito de la investigación suponía una barrera para científicas como Henrietta, pues no existían unas bases de qué sueldo debían recibir, cuáles podían ser sus cargos o bajo qué condiciones de trabajo debían ser contratadas. Como resultado, Henrietta recibió el salario mínimo a pesar de trabajar mano a mano con Shapley en el laboratorio. El sueldo era tan escaso que la astrónoma llegó a encontrarse en una situación económica insustentable en la que necesitó el apoyo financiero de su familia para subsistir.

Aunque ese sustento familiar le ayudó a seguir adelante, Henrietta se vio en la obligación de dejar su puesto en el observatorio de Harvard en el año 1942 y buscar un empleo que le permitiera mejorar un poco su situación económica. De esa forma, durante los siguientes cinco años, la científica trabajó como “calculadora matemática” en los laboratorios de radiación del MIT, donde colaboró en el desarrollo del LORAN, un sistema de navegación por radio que trataba de mejorar la comunicación entre barcos durante la Segunda Guerra Mundial.

EL TAMAÑO DE LA GALAXIA

En el año 1947, cuando su situación mejoró, Henrietta se vio capacitada para regresar a su verdadera pasión: la Astronomía. Así, regresó a la Universidad donde se había graduado de Matemáticas para impartir algunas clases de la materia, además de algunas charlas y conferencias en el Connectticut College for Women. Sin embargo, únicamente se mantuvo en esa posición durante cinco años pues, en 1952, el astrónomo alemán Walter Baade contactó con ella para ofrecerle trabajar juntos en el Observatorio Palomar, en San Diego, California.

Ella aceptó la oferta del científico y, juntos, se sumergieron en el estudio de las cefeidas detectadas por el satélite Hale, campo en el que Henrietta era casi una experta debido a sus años de trabajo en Harvard. En los años que siguieron, la astrónoma estudió la luz variable de hasta 275 cefeidas de la galaxia de Andrómeda, admitiendo que, por estar la luminosidad relacionada con la distancia, sería posible medir la distancia a la que esas estrellas se encontraban.

Así, utilizando todos los datos recopilados por ella misma hasta la fecha, Henrietta calculó el tamaño de la Vía Láctea y la distancia hasta la galaxia de Andrómeda, obteniendo los resultados más precisos hasta ese momento. Se trató de todo un hito en el ámbito de la astronomía y el estudio del Cosmos, pues permitió hacerse una idea del tamaño real del Universo y de la galaxia en la que nos encontramos, algo imposible hasta ese momento.

UN LEGADO DE RECONOCIMIENTO

Justo antes de retirarse, Henrietta hizo una donación de una gran cantidad de dinero al Instituto de Carnegie de Washington, con el objetivo de impulsar el desarrollo de los observatorios en el hemisferio sur y, de esa forma, asegurar un futuro de observación espacial y estudio cosmológico. Buena parte de ese dinero fue destinado para la construcción del Observatorio Las Campanas, en Chile, el cual nombró a su telescopio con el nombre de la científica, recordando así su figura y sus aportaciones a lo largo del tiempo.

Posteriormente, ganó el premio Annie Jump Cannon de la Sociedad Astronómica Estadounidense y el asteroide 2168 Swope, con un tamaño de 8 kilómetros, fue bautizado en su honor. Henrietta falleció a los 78 años en California, donando buena parte de su patrimonio al Observatorio Las Campanas y asegurándose de dejar un legado de estudio astronómico e investigación.

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