Un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) junto con la Universidad de Washington ha logrado un descubrimiento que podría mejorar la calidad de vida de millones de personas.

 

El equipo liderado por el investigador Albert Quintana ha desvelado el misterio detrás del mareo, un problema común pero no menos incapacitante que afecta a numerosas personas en situaciones tan variadas como viajar en un vehículo o experimentar realidad virtual. El estudio, que ha sido publicado en la prestigiosa revista PNAS, no sólo desvela las neuronas responsables de este fenómeno sino que abre la puerta a tratamientos mucho más eficaces.

Las neuronas VGLUT2

El mareo es una sensación compleja, y los científicos han logrado identificar que las neuronas VGLUT2 en el oído interno están en el centro de este intrincado proceso. Estas neuronas son vitales para mantener nuestro equilibrio y postura. El estudio ha logrado dilucidar cómo estas neuronas interactúan con otros sistemas en nuestro cuerpo para crear la sensación de mareo, especialmente cuando hay una discrepancia entre lo que nuestros ojos ven y lo que nuestro cuerpo siente. Un escenario común es estar en un vehículo en movimiento mientras estamos sentados, lo que puede provocar señales conflictivas que resultan en mareo.

La conexión entre las neuronas VGLUT2 y una hormona llamada colecistoquinina (CCK) ha sido un hallazgo particularmente intrigante. La CCK no solo juega un papel en la digestión y el apetito, sino que también se activa durante los episodios de mareo, lo que puede resultar en vómitos. Este mecanismo, aunque incómodo, ha sido crucial en la evolución humana para evitar la ingestión de alimentos en mal estado. Sin embargo, en el mundo moderno, esta reacción ancestral puede ser más un obstáculo que una ayuda, especialmente en los medios de transporte o la realidad virtual.

Devacepida: un fármaco prometedor

La propuesta de un nuevo fármaco, la devacepida, es una de las ramificaciones más prometedoras de este estudio. Este medicamento, ya aprobado en Europa y Estados Unidos para problemas gástricos, tiene el potencial de bloquear la acción de la CCK y, por lo tanto, aliviar el mareo. A través de experimentos con ratones, los investigadores han demostrado la eficacia de la devacepida, que a diferencia de los tratamientos existentes, no tiene efectos secundarios como la somnolencia.

El trabajo de Quintana y su equipo marca un hito en la neurociencia y la medicina, ofreciendo esperanza para aquellos que sufren de mareos crónicos o aquellos que se enfrentan a estos desafíos en situaciones cotidianas. Además, abre una puerta para explorar cómo otros sistemas en el cuerpo humano están interconectados de maneras que aún no comprendemos completamente.

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