Tan solo faltan 10 meses para el inicio de los Juegos Olímpicos de París, y la urbe anfitriona se acicala de norte a sur para mostrar su mejor versión a ojos internacionales. Sin embargo, un pequeño chupasangre muy molesto ha reaparecido para amenazar la buena imagen de la ciudad: las chinches han invadido el transporte público, y podrían derivar en una «cuestión de Estado», de acuerdo con las demandas del Ayuntamiento de París al Gobierno de Francia.

En la ciudad de las luces, los asientos tapizados de los trenes y metros se han convertido en el nuevo hogar de estos insectos que, si bien no suponen un gran riesgo para la salud, provocan fastidiosas erupciones cutáneas. Y debido a la gran afluencia de personas -entre ellas, turistas- que utilizan diariamente los medios de transporte parisinos, la plaga podría expandirse no solo por el país, sino por toda Europa.

La situación, pues, pone en alerta a las grandes urbes del continente. Aunque se trata de un insecto que aparece de forma estacional, en coincidencia con los picos de turismo (verano y Semana Santa, principalmente), la plaga en París sirve como llamado de atención, sobre todo, para los países vecinos. Y en este sentido, existen diversas pautas a seguir para frenar la invasión de chinches. 

¿Por qué aparecen las chinches y cómo detectarlas?

Tal y como explicamos en este artículo, algunos expertos sugieren que la incidencia de chinches puede haber regresado a niveles no vistos desde la Europa anterior a la Segunda Guerra Mundial. Se trata, de hecho, de un insecto que, al menos en Francia, había desaparecido a partir de los años 50. Pero el aumento del turismo internacional y la resistencia a los insecticidas ha provocado su resurgimiento a gran escala, lo que pone el foco en la forma que tienen de propagarse.

Las chinches adultas son de color marrón café y miden de 0,6 milímetros a 1 centímetro, por lo que pueden ser detectadas a simple vista si prestamos atención. Si bien es cierto que suelen permanecer escondidas entre las costuras y pliegues de los tejidos -camas, asientos acolchados, e incluso cortinas-, por suerte no saltan ni vuelan, algo que facilita su extracción en caso de encontrarlas.

Aunque su presencia puede ser incómoda e inquietante, es necesario destacar que no suponen un riesgo grave para la salud: las chinches no transmiten enfermedades ni ningún tipo de veneno, solo generan pequeñas marcas y picazón que, en algunos casos, pueden derivar en una reacción alérgica. Sus picaduras son muy similares a las de los mosquitos, pero habitualmente se encuentran agrupadas en 3 o 4 y en zonas descubiertas del cuerpo como las manos, la cara, las piernas o los brazos. 

En cuanto a su manera de trasladarse, las chinches viajan a través de los tejidos: en el caso de la plaga en París, podrían pasar de los asientos del transporte a la ropa de las personas, y de ahí llegar hasta otros países y reproducirse, una función que cumplen a gran velocidad: las hembras ponen de 5 a 7 huevos por semana.

¿Cómo evitar la propagación de chinches?

Es prácticamente imposible inspeccionar la seguridad e higiene de todos los tejidos a los que estamos expuestos durante el día, si nos fijamos en que la mayor parte del tiempo nuestro cuerpo está cubierto por ropa que entra en contacto con otras superficies como butacas, asientos, alfombras, cortinas, moquetas, etc. Sin embargo, hay ciertas prácticas para prevenir la propagación de estos insectos:

Tanto en nuestra propia cama como en la de un hotel (si estamos de viaje), observar bien el colchón y buscar posibles manchas fecales de chinche: la material fecal de las chinches aparece en grupos de pequeños puntos negros.Revisar la cabecera de la cama: las chinches suelen esconderse, sobre todo, en los huecos de los tornillos que sostienen la cabecera.Si llevamos equipaje (mochilas o maletas), no colocarlo encima de la cama para evitar, en caso de que hubiese chinches, el contacto de los tejidos.Colocar los zapatos preferiblemente en espacios abiertos o lejos de la habitación.Revisar artículos comprados recientemente (ropa, zapatos, muebles e incluso libros), especialmente si son de segunda mano, antes de introducirlos en casa.

Y aun con estas recomendaciones, es posible que las chinches encuentren la forma de llegar a nosotros, como lo han hecho con los parisinos. Así que el propio Gobierno de Francia ha publicado, con la colaboración de la Agencia Francesa de Seguridad y Salud Alimentaria, Ambiental y Ocupacional (ANSES), una serie de medidas para deshacerse de ellas:

Lavar todos los tejidos (ropa, ropa de cama, cortinas, fundas de cojines y de sofá, etc.) a más de 60ºC para eliminar chinches adultas, jóvenes y ninfas.Congelar objetos pequeños a -20°C, durante 72 horas mínimo.Aspirar los tejidos, aunque será necesario introducir la bolsa de aspiración en otra de plástico para poder tirar ambas al contenedor de basura.No depositar los colchones ni muebles infectados en la calle, sino llevarlos directamente al vertedero.Rellenar grietas, zócalos o enchufes para evitar que las chinches usen estos pequeños espacios como escondites.

Facebook Comments