A primera vista, esto podría parecer una madre leopardo de las nieves –Panthera uncia- jugando con su pequeña cría. Pero una mirada más cercana revela la falta de puntos distintivos en el pelaje nublado del cachorro. 

El felino, completamente desarrollado, es en realidad un gato de Palas, o manul –Otocolobus manul-, una especie de felino montés del tamaño de un gato doméstico cuyo rango de distribución en Asia Central se superpone con las montañas, la estepa y los desiertos altos, territorios dominados por su primo más conocido, el leopardo de las nieves.

A pesar de compartir una predilección similar por los climas fríos y las grandes altitudes, hay poca evidencia científica de que los leopardos de las nieves se aprovechen de los gatos de Pallas. Es por eso que, cuando el fotógrafo Donglin Zhou vio a un leopardo de las nieves acercándose sigilosamente al gato de Pallas en la meseta de Qinghai-Tíbet, se quedó atónito. “Ambas especies son difíciles de ver en cualquier momento”, explica. «Y mucho menos juntas».

Ajena al leopardo de las nieves que se arrastraba detrás de ella, cada fibra del cuerpo de la gata Pallas estaba concentrada en cazar a las llamadas picas de meseta –Ochotona curzoniae- un pequeño mamífero del orden de los lagomorfos que habita en Nepal, con los que esperaba alimentar a las dos crías que le esperaban en su guarida. 

Zhou había pasado días viendo cómo la madre gata alimentaba a sus 3 pequeños cachorros de dos meses de edad y estaba devastado al observar a la atenta y cariñosa madre secuestrada por un leopardo de las nieves. Al verla en las fauces del leopardo cuenta que las lágrimas no pueden dejar de brotar sus ojos.

Después de que el leopardo de las nieves abandonara la escena, Zhou, su guía y los guardabosques decidieron dejar algunas picas muertas en la carretera fuera de la guarida para los tres cachorros. Durante tres semanas, cuidaron y alimentaron a los pequeños, hasta que los diminutos gatos de Pallas estuvieron listos para dejar la seguridad de su guarida y comenzar a valerse por sí mismos, acechando picas y esquivando el peligro en esta salvaje meseta azotada por el viento en la que perdieron a su madre. 

Fotografía ganadora en la categoría: Terrestrial Wildlife del certamen de fotografía de Naturaleza The BigPicture 2023, organizado por la Academia de las Ciencias de California

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