El león africano, que celebra su Día Internacional el 10 de agosto, es un animal majestuoso e imponente. Popularmente conocido como el «rey de la selva» o «rey de la sabana», su papel en el paisaje no solo cumple una función simbólica, sino también crucial para el equilibrio del ecosistema. Y es que, al encontrarse en lo alto de la cadena trófica, no se enfrenta a depredadores naturales. Sin embargo, sí tiene un enemigo: el ser humano. 

Esta especie, que ya ha sido incluida en la Lista Roja de la UICN de animales en peligro y catalogada como «vulnerable», ha perdido el 50% de su población y se ha extinguido en 26 países en las últimas dos décadas, según WWF. Y aunque la causa de su rápida desaparición tiene mucho que ver con la degradación de su hábitat y los conflictos con ganaderos, la codicia humana se ha convertido en una amenaza añadida para los leones de África. 

En este sentido, España es el primer país europeo en el ranking de caza de leones -el segundo a nivel mundial, solo superado por Estados Unidos-, de acuerdo con los datos de BIOPARC. Su importación como trofeo duplica a la de países como Alemania o Francia, lo que convierte a esta especie en una nueva víctima del tráfico de animales, junto a otras como el elefante, el rinoceronte y el tigre.

La caza de trofeos, un peligro para el león africano

En 2015, la noticia de la caza de Cecil, el león más querido de Zimbabue, a manos de Walter James Palmer, un dentista estadounidense, consternó a los grupos conservacionistas de todo el mundo. Sin embargo, el acontecimiento solo es la punta del iceberg de un mercado sangriento -y muy lucrativo- que se desarrolla, sobre todo, en el sur del continente africano. 

Una de las prácticas más habituales es la denominada «caza enlatada», la cual representa una gran fuente de ingresos en Sudáfrica. Se trata de granjas donde se crían leones para su reclamo turístico cuando son cachorros y, una vez llegados a la edad adulta, son abatidos en recintos vallados que no ofrecen la posibilidad de escapatoria. Todo ello por diversión y a precios que pueden variar entre los 5.000€ y los 45.000€

Posteriormente, los elementos extraídos del animal, como su piel, cabeza, garras, dientes e incluso su grasa, son comercializados como trofeos; es decir, como objetos de lujo que pasan a ser exhibidos en paredes o transformados en bisutería. Y los datos del informe La caza de trofeos en números, elaborado por Humane Society International, revelan que España fue el principal importador de la Unión Europea de trofeos de león africano entre 2014 y 2018.

Utilizados como símbolo de estatus

Por otro lado, a medida que crece el control en el comercio ilegal de otras especies, aumenta la demanda de sustitutos. Así, el descenso de población de tigres en el mundo ha provocado que el «vino de huesos de tigre» -un símbolo de estatus en algunos países asiáticos- haya sido reemplazado por «vino de huesos de león». 

Con esto, la relación entre leones y humanos ya no solo se ve afectada por la competencia por el espacio -un problema frecuente en las zonas donde coexisten ambas especies- ni por el declive de su hábitat. Ahora también la búsqueda de beneficios económicos, que parece no tener límites, está poniendo en peligro la supervivencia del animal más respetado del ecosistema. Tanto que el más emblemático de los felinos ha descendido desde una población total de 450.000 ejemplares hace 60 años, a una cantidad actual de 20.000 ejemplares.

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