Nos encontramos en el extremo centro-sur de la meseta del Tíbet, cerca de la frontera con Nepal y el estado indio de Sikkim.

Con una elevación media de 4.500 metros de altitud y una superficie de 2,5 millones de kilómetros cuadrados, la meseta del Tíbet se originó hace 55 millones de años, cuando en su desplazamiento en dirección norte la placa India colisionó con la Euroasiática produciendo el plegamiento y la elevación de la corteza terrestre.

Podemos apreciar el resultado de está colisión en esta imagen en falso color obtenida por el satélite Sentinel-2A. En la parte inferior se observa la cordillera del Himalaya, caracterizada por el inconfundible patrón de las aguas de escorrentía que corren por las laderas de la montaña.

Al final de estos cursos de agua y en forma de triángulos se forman los llamados “conos de deyección”, depósitos de sedimentos acumulados al disminuir la pendiente y con ello la velocidad de los cursos de agua que discurren ladera abajo. Uno de gran tamaño puede observarse en la parte superior de la imagen así como otros más pequeños en el margen izquierdo de la misma.

La formación de estos abanicos aluviales, como también son denominados, está sujeta a las crecidas estacionales de los cauces de agua resultantes del deshielo de los glaciares himalayos, cada vez más amenazados por el aumento de las temperaturas globales que aceleran su fusión.

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