Conocida desde el sur de México hasta el norte de Argentina, la estirpe real de este ave que ya representaban los mayas en sus glifos es innegable. Así dan fe los múltiples nombres con los que es conocido a lo largo de todo el continente americano entre los que pueden citarse zopilote rey, cóndor de la selva, cóndor real, chom o cuervo real. Jote real, rey zope, zopilote real o rey zamuro son otros de ellos. Hay incluso quien se refiere a estas aves como chombo rey o rey de los gallinazos. 

A lo largo de la historia, Sarcoramphus papa ha sido objeto de diversos mitos y leyendas entre las culturas indígenas de América. Así, en algunas mitologías locales estas aves a las que se les atribuían poderes espirituales y se les veía como guardianes del inframundo también eran consideradas como mensajeras entre el mundo de los vivos y el de los muertos. 

Entre los atributos que llaman la atención de esta magnánima ave destaca su envergadura. Sus alas pueden alcanzar una extensión de hasta 3 metros, lo que lo convierte en una de las aves rapaces más grandes de todo el continente americano. Esta increíble envergadura le permite planear majestuosamente en el aire, utilizando corrientes térmicas para desplazarse por grandes distancias con poco esfuerzo.

Pero a pesar de su apariencia imponente, el zopilote rey es también un pájaro social que forma fuertes lazos familiares. Se ha observado que estas aves forman parejas monógamas a largo plazo y trabajan en equipo para construir sus nidos en acantilados o en árboles altos. Y además, participan en el cuidado y protección de sus crías hasta que estas alcanzan la madurez ¿Hay, acaso, alguna tarea más digna que esta para un rey? 

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