El 20 de julio de 1969 se convertiría para siempre en el día en que un astronauta ponía por primera vez los pies en nuestro satélite. Aquel día el mundo entero pudo observar como dos hombres, Neil Armstrong Buzz Aldrin, caminaban torpemente sobre la superficie de la Luna. Dando tumbos y quizás de una forma menos elegante de la que se le puede presuponer a un pionero de la exploración espacial, pero al fin y al cabo, dando auténticos pasos de gigante en otro mundo.

No sería, por cierto, la última vez. A aquella gesta le seguirían 5 nuevas misiones tripuladas, todas en el marco del programa Apolo de la NASA, que llevarían al hombre hasta la compañera eterna de nuestro azul planeta. Sin embargo, desde entonces, con una Carrera Espacial cuyo vencedor había sido claramente establecido por méritos propios, y un interés creciente por otros cuerpos celestes del sistema solar a los que dedicar recursos y esfuerzos, la fijación por la Luna fue decreciendo paulatinamente.

Tanto es así que, desde entonces, en los siguientes 50 años, apenas han sido una cincuentena de misiones de diferentes países las que han tenido por objeto visitar o estudiar nuestro satélite. Este interés, no obstante, se ha visto en los últimos años renovado por diferentes razones, entre ellas la posibilidad de extracción de recursos mineros valiosos aquí en la Tierra, o el anuncio de los Estados Unidos de volver al poner un hombre en la Luna para el año 2025 gracias al ambicioso programa Artemis, cuya primera etapa se llevaba a cabo con éxito a finales del año 2022.

Todo ello ha desembocado en que el año presente, 2023, se haya convertido en uno de los más ambiciosos de la historia de los viajes a la Luna. Un año en que han confluido los intentos de varios países que luchan por establecerse como potencias espaciales, por llevar su tecnología hasta nuestro satélite. En las siguientes líneas te contamos cuales son los objetivos y la situación en el momento presente de cada una de ellas. 

Hakuto-R Mission 1, la ambición lunar japonesa privada fallida

Pese a que, como decíamos, las misiones enviadas a la Luna por diferentes países durante el último medio siglo han superado la cincuentena, muy pocas son las que han tenido como objetivo posarse en la superficie de nuestro satélite. El último intento de los Estados Unidos se materializó en 1972 con la misión Apolo 17. El último alunizaje de Rusia, el de la misión Luna-24, tuvo lugar en 1976, y desde entonces solo China ha sido la única potencia en enviar con éxito naves a nuestro satélite. 

El último intento por llevar a cabo un alunizaje se ha producido en abril de este mismo año, y ha correspondido a una misión japonesa de financiación privada conocida como Hakuto-R y operada por la empresa pública iSpace

Hakuto-R fue lanzada el 11 de diciembre de 2022 a bordo de un cohete espacial Falcon-9 de la compañía SpaceX con el objetivo de posarse en la Luna en abril de 2023.

La oportunidad de hacerlo, llegaría finalmente el día 25 del mismo mes. Todo parecía marchar según lo previsto, sin embargo, la comunicación con la nave se perdió apenas unos pocos segundos antes de que se completara el alunizaje. Los posteriores análisis determinaron que las posibles causas del fracaso se debieron a un fallo en las mediciones del altímetro y al agotamiento del combustible de módulo de aterrizaje. Poco después de perder la comunicación el equipo de iSpace confirmó que la nave espacial de 90 millones de dólares probablemente se estrelló durante su aterrizaje en la Luna, acabando con las ambiciones japonesas de posarse sobre la Luna durante el presente año. 

Chandrayaan-3, la gran esperanza india de alcanzar la Luna

Chandrayaan-3 supone un nuevo intento de la Agencia India de Investigación Espacial -ISRO- de posarse en la Luna tras la fallida misión Chandrayaan-2, su predecesora, la cual se estrelló en la superficie de nuestro satélite el 6 de septiembre de 2019. 

El lanzamiento de Chandrayaan-3 tuvo lugar el 14 de julio de 2023. La nave consta de un módulo de aterrizaje y un rover Pragyan, similares también a los empleados en la misión Chandrayaan-2, y los cuales se espera que ambos alcancen con éxito el polo Sur Lunar el próximo 23 agosto de 2023. Entre los objetivos de la misión, según la ISRO, destacan conseguir un aterrizaje seguro y suave en la superficie lunar, demostrar las capacidades del rover Pragyan y llevar a cabo varios experimentos científicos sobre la composición química del suelo de la Luna. 

Luna-25, el relevo del programa lunar soviético

Que no te engañe su nombre. Luna-25 es el primer intento de Rusia de alcanzar la superficie de la Luna, ya que su predecesora, la Luna-24, fue la última de las 3 misiones exitosas llevadas a cabo por la Unión Soviética para recolectar muestras de nuestro satélite. Lanzada en 1976, en esta última ocasión la misión trajo consigo 170 gramos de suelo lunar a la Tierra.

Según la Corporación Espacial Rusa -Roscosmos- tras posponer su lanzamiento previsto para el pasado 13 de julio de 2023, la nave espacial Luna-25 se encuentra en estos momentos pasando por el ciclo final de sus pruebas en tierra. 

Su despegue está previsto para el mes de agosto, y con él partirán las ambiciones de que el Luna-25 se convierta en la primera nave en la historia moderna de Rusia en aterrizar en la superficie del satélite natural de la Tierra. La misión se lanzará sobre un cohete portador Soyuz-2.1b con el objetivo de alunizar en el área del cráter Boguslawsky y realizar varios estudios sobre el polo Sur lunar. 

Nova-C IM-1 y Peregrine Mission 1, Estados Unidos apuesta por la iniciativa privada

En los últimos años el modelo estadounidense para la exploración espacial se está viendo inmerso en cambios notables, como una clara delegación de la NASA por empresas diferentes empresas privadas para el desarrollo de la tecnología espacial. Así, resultan notables y conocidos los casos de compañías como Origin, Virgin Galactic y por supuesto, SpaceX. 

Al margen de las misiones Artemis, cuyo objetivo final es volver a llevar al ser humano a la superficie lunar durante el año 2025, este 2023 la apuesta de la NASA respecto a la Luna se evidenciado en la confianza puesta en dos nuevas compañías. Son los casos de Intuitive Machines, cuya misión Nova-C IM-1 está prevista para el tercer trimestre de 2023, y de Astrobotic Tecnology, cuya misión Peregrine Mission, aún a la espera de revisiones, se encuentra programada para el cuarto trimestre. 

Entre los objetivos de ambas misiones, de Nova-C IM-1 se espera que pueda entregar pequeñas cargas útiles de la NASA y otros clientes para explorar y probar nuevas tecnologías de procesamiento de algunos recursos lunares, por ejemplo, para la fabricación de metano combustible y oxígeno para futuras misiones lunares. 

Por su parte, el objetivo de Peregrine Mision 1 pasa por, tras el alunizaje en la zona recientemente bautizada como Sinus Viscositatis, el estudio científico de de la exosfera lunar, las propiedades térmicas y la abundancia de hidrógeno del regolito lunar, los campos magnéticos y la radiación en el entorno.

SLIM, la eterna promesa lunar de Japón

SLIM, acrónimo de Smart Lander for Investigating Moon- es un módulo de aterrizaje lunar desarrollado por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA). Se trata concretamente de un módulo de aterrizaje de exploración a pequeña escala diseñado reducir el tamaño y el peso del equipo utilizado en los aterrizajes en la Luna e investigar los orígenes geológicos de nuestro satélite. También probará tecnología fundamental para la exploración en entornos de baja gravedad, un requisito importante para la futura investigación científica del sistema solar.

Sin embargo, el ambicioso proyecto japonés, cuyo primer lanzamiento estaba planeado para el año 2021, se ha visto pospuesto en reiteradas ocasiones debido a problemas tanto técnicos como de financiación. La fecha propuesta para su lanzamiento fue prevista para las próximas semanas, concretamente para el 26 de agosto de 2023, aunque resultaría muy probable que la misión japonesa vuelva a ser pospuesta nuevamente para el año 2024. 

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