El fenómeno más mencionado durante los últimos veranos, sin duda, es la ola de calor y el registro de temperaturas máximas que superan récords históricos. 

La exposición prolongada al calor y al Sol directo produce efectos dañinos para nuestra salud y es muy importante tomar las precauciones necesarias para prevenirlos.

Encontramos, por ejemplo, que la incidencia del cáncer de piel ha aumentado exponencialmente y, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), las tendencias indican que lo seguirá haciendo en las próximas décadas.

Los rayos ultravioleta, en pequeñas cantidades, son necesarios para nuestro organismo. Permiten, por ejemplo, la producción de Vitamina D o calciferol, presente también en nuestro cuerpo a través de algunos alimentos. Una exposición de 15 a 30 minutos unas 2 o 3 veces por semana es suficiente para cumplir esta necesidad.

Aun así, no podemos exponernos de forma indefensa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tomar medidas para protegerse del Sol siempre que el índice ultravioleta sea igual o superior a 3.

Durante los meses de verano este índice es mucho más alto. Actualmente, según datos de la Aemet, en España la previsión de radiación ultravioleta durante la estación estival alcanza índices de entre los niveles 8 y 11, los máximos registrados.

¿QUÉ ES EL FILTRO UV400?

Todos conocemos la importancia del Factor de Protección Solar (SPF) visible en los botes de crema protectora, necesario para defender a nuestra piel de los peligros de la exposición prolongada al Sol. No obstante, la piel no es el único órgano que debemos proteger. 

Los ojos son muy sensibles a la absorción de la luz ultravioleta, que penetra a través de los tejidos oculares atravesando la córnea y el cristalino pudiendo causar daños celulares considerables. 

El máximo nivel de protección para los ojos se consigue utilizando lentes con filtro UV400 que bloquean ondas de hasta 400 nanómetros, pero no todas las gafas de sol cuentan con este tipo de protección. En el mercado muchas gafas llevan cristales que reducen la intensidad de la luz que nuestro ojo percibe, pero no filtran la radiación. 

¿PUEDO LLEVAR gafas de sol SIN FILTRO UV400?

No utilizar gafas de sol es más recomendable que llevar unas lentes de mala calidad.

La pupila, que se dilata o contrae para regular la cantidad de luz que entra a la retina, se dilatará al detectar una intensidad de luz baja causada por los cristales de las gafas de sol.

Dado el caso de que estas lentes no tengan filtro UV400, la pupila estará dejando pasar las radiaciones ultravioleta en mayor cantidad al estar más dilatada.

¿Cómo funcionan las gafas de sol?

Las lentes con protección UV400 ofrecen un filtro contra el 99 o 100% de los rayos UVA y UVB, y deben estar homologadas e incluir sellos de calidad. Si estas características se cumplen la cantidad de luz que el cristal deje pasar es indiferente: tus ojos ya estarán protegidos. Sin embargo, un cristal más oscuro evitará molestias causadas por la luz. 

Un cristal con protección UV400 podrá reflejar o absorber los rayos ultravioleta, manteniendo el ojo aislado. Por reflexión, las radiaciones rebotarán contra la superficie de la lente creada a base de capas metálicas. Por absorción, la lente asumirá parte de las radiaciones mientras estas la atraviesan. 

¿Cuánto dura la protección?

Sí, las gafas de sol tienen caducidad. Su duración exacta dependerá del tiempo de uso diario, pero algunos estudios de expertos en oftalmología sugieren que 2 horas de uso al día durante 2 años es suficiente para que el nivel de protección disminuya. 

CONSECUENCIAS DE LA EXPOSICIÓN SOLAR EN LOS OJOS

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sobreexposición ocular a radiaciones ultravioletas puede causar trastornos agudos como los que se listan a continuación: 

CataratasDegeneración de la retinaCegueraConjuntivitisFormación de células cancerosas (carcinomas o melanomas) dentro o fuera del ojoPterigión

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