Los investigadores del Laboratorio Nacional de Oak Ridge, en Tennessee, Estados  Unidos acaban de desarrollar un nuevo modelo de gestión del territorio que identifica nuevas formas de garantizar que la vida silvestre pueda circular y desplazarse de manera segura en sus hábitats sin afectar indebidamente la infraestructura.

El proyecto se centró en la Reserva Oak Ridge de aproximadamente 13.000 hectáreas, sede de las instalaciones del Departamento de Energía y hogar de varias especies en riesgo como la salamandra de cuatro dedos –Hemidactylium scutatum– que podemos apreciar en esta fotografía.

Los científicos identificaron tanto hábitats como soluciones simuladas, zonas de amortiguamiento de conservación o alcantarillas de fondo abierto para permitir el paso seguro de salamandras y otros animales salvajes. Lo innovador del estudio reside en que, las soluciones presentadas, a la vez que impulsan la conectividad ecológica, suponen un ahorro considerable a la eliminación de barreras a gran escala, aunando la conservación con los intereses de desarrollo humanos. 

“El desarrollo y la sostenibilidad ambiental no tienen por qué estar reñidos”, explica Evin Carter del ORNL. “Nuestro enfoque colaborativo con los gerentes de proyectos e ingenieros muestra que la gestión de la vida silvestre puede ser una parte integral de la planificación del uso de la tierra sin generar costos o demoras indebidas”.

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