«La sensibilidad desaparece y la razón empieza a embotarse hasta cuando se pierde la noción del tiempo y del espacio», narró Gabriel García Márquez en su obra Relato de un náufrago (1955). En sus páginas, que mezclan ficción literaria y periodismo, se puede ahondar en la experiencia de Luis Alejandro Velasco, el único de los tripulantes de un buque militar que sobrevivió a la ‘tragedia de Caldas’. El protagonista quedó varado en el mar Caribe durante días, hasta que con esfuerzo logró llegar a las costas de Colombia, país donde se convirtió en una figura heroica y polémica a partes iguales. 

En efecto, e independientemente de las razones que llevaron a Gabo a tomar ese episodio y hacerlo suyo, el mar ha sido protagonista de numerosas obras de la literatura y el cine. Tal vez por esa dualidad entre la fascinación y la adrenalina es que ha captado, desde tiempos inmemoriales, la curiosidad de los exploradores y aventureros, dejando como resultado historias -tanto reales como ficticias- que han conmovido al mundo, como la de Timothy Shaddock, que fue rescatado recientemente junto a su perra en el Océano Pacífico tras 90 días a la deriva.

Pero más allá de los cuentos, y a diferencia de Velasco, que estuvo 10 días varado en el mar, otros superaron la cifra y permanecieron en la inmensidad del océano incluso por más de 1 año. Y eso no es todo: aunque parezca increíble, pudieron vivir para contarlo. ¿Cómo consiguieron sobrevivir a los naufragios?

Adrián Vásquez, 26 días a la deriva

Lo que empezó como una noche tranquila de pesca, acabó en tragedia para dos de los tres jóvenes panameños que quedaron a la deriva durante 26 días en el Pacífico, en febrero de 2012. 

Todo parecía ir según lo planeado: el grupo de amigos consiguió atrapar varios peces, por lo que la experiencia estaba siendo satisfactoria, hasta que de forma repentina el motor de la embarcación se detuvo. 

Los dos jóvenes que acompañaban a Adrián Vásquez fallecieron, aunque se desconoce la causa de su muerte porque los cuerpos fueron arrojados al mar, y el rescatado, que fue localizado a 965 kilómetros de la costa de San Carlos (Panamá), sobrevivió a base de pescado crudo.

Louis Jordan, 66 días a la deriva

En este caso, el que luego se convertiría en náufrago por 66 días, emprendió su viaje en solitario. Desde Carolina del Sur y rumbo a la Corriente del Golfo, su velero de 10 metros se volcó a causa de la marea, y el mástil de la embarcación se rompió. Pero, sorprendentemente, el hábil marinero logró improvisar una vela y sobrevivir a base de pescado crudo, que conseguía capturar con la tela de su propia ropa, y de agua fresca de la lluvia. 

Dos meses más tarde -tiempo suficiente para que su barco volcase hasta tres veces-, un buque alemán localizó al náufrago a 321 kilómetros de la costa de Carolina del Norte y lo trasladó hasta el lugar desde donde había partido. 

Steve Callahan, 76 días a la deriva

Este náufrago no necesitó a Gabriel García Márquez para escribir su propia historia. Y es que tras haber vivido la experiencia de su vida, publicó su libro ‘A la deriva: setenta y seis días perdido en el mar’. 

Dedicado en cuerpo y alma al mar, en 1981 Steve Callahan emprendió una aventura por vía marítima acompañado única y exclusivamente por su barco, el Napoleon Solo. Su objetivo era participar en una regata transatlántica llamada Mini Transat que transcurría entre Canarias y Antigua, pero en medio del Atlántico una tormenta convirtió su adorado mar en una amenaza para su vida: el oleaje rompió el casco de su embarcación y obligó al aventurero a seguir el viaje en un pequeño bote salvavidas.

Al tratarse de un experimentado marinero, Steve supo enfrentar con optimismo las adversidades de su odisea, hasta que fue rescatado cerca de las costas de Guadalupe, en el Caribe.

Jesús, Lucio y Salvador, 9 meses a la deriva

Cinco pescadores zarparon del puerto de San Blas (México) en noviembre de 2005 en busca de tiburones, pero la corriente empezó a engullirlos y acabaron perdidos por 9 meses. Durante el tiempo que duró su odisea, recorrieron alrededor de 30 kilómetros por día, lo que acabó desplazándolos hasta 8.100 kilómetros de la costa mexicana.

El 9 de agosto de 2009, un buque atunero taiwanés localizó a los náufragos cerca de las islas Marshall, en medio del Océano Pacífico. Pero lamentablemente, de los cinco tripulantes solo quedaban tres: Jesús Vidaña, Lucio Rendón, Salvador Ordaz. Los supervivientes lanzaron los dos otros cuerpos al mar, y lograron permanecer con vida bebiendo agua de lluvia y comiendo carne cruda de pescados y aves

Al regresar, uno de los rescatados, Jesús Vidaña, pudo ver por primera vez a su hijo, que nació mientras él estaba varado en el océano. 

José Salvador Alvarenga, 13 meses a la deriva

Igual que sucedió con la historia de Luis Alejandro Velasco, pocos creyeron la versión de José Salvador Alvarenga respecto a su naufragio, que ocurrió a principios de 2013. Él asegura que salió de Paredón Viejo (México) junto a un compañero que murió poco tiempo después, pero el oleaje provocó que la embarcación se desviase. 

El náufrago sobrevivió a base de sangre de tortugas, según contó tras ser rescatado cerca de las islas Marshall. Sin embargo, muchos ponen en duda la credibilidad de su historia, ya que, cuando lo localizaron, tenía muy buen estado de salud. 

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