El hecho de que los planetas tienen varios movimientos es un dato que no sorprende a nadie: el de rotación sobre sí mismos, y el de traslación, alrededor del Sol. Sin embargo, ¿te has preguntado alguna vez por qué todos ellos giran orbitando en el mismo sentido? ¿O si es posible que algún planeta orbite en sentido contrario a los demás? Y en cuanto a la rotación, ¿sabías que, dentro del Sistema Solar, hay dos planetas que rotan en sentido opuesto al resto? Te contamos todo acerca de este baile de giros y movimientos planetarios.

LA ÓRBITA DE LOS PLANETAS

El movimiento alrededor del Sol es solo uno de tantos que rigen la dinámica del Sistema Solar. En él, los planetas orbitan alrededor de la estrella, todos en el mismo sentido, pero a velocidades muy diferentes. Por ejemplo, mientras que la Tierra tarda 365 días en rodearlo, Júpiter se demora 4.333 y Saturno 10.759. 

Este tipo de movimiento es posible gracias a la interacción y equilibrio entre dos fuerzas: la gravitatoria y la centrífuga. La fuerza gravitatoria es la que provoca que dos objetos con masa siempre se vayan a atraer entre ellos en el Universo. Por su parte, la centrífuga es la que aparece debido a cualquier tipo de giro, y siempre lleva una dirección que “escapa” del centro.

Por lo tanto, cuando un planeta se encuentra en órbita, está afectado por esa primera fuerza que intenta unirlo a su estrella, el Sol en este caso, además de por la segunda, que lo hace alejarse del centro de rotación, situado también en el Sol. Es el equilibrio entre ellas el responsable de que el planeta se mantenga justo en su sitio, girando sobre sí mismo y orbitando el Sol desde una misma posición.

¿LOS PLANETAS ORBITAN EN EL MISMO SENTIDO?

De esta forma, todos los planetas y material espacial orbitan en torno al Sol pero, ¿lo hacen en el mismo sentido? Para responder esta pregunta debemos remontarnos a la formación del propio Sistema Solar, estimado hace 4.670 millones de años.

Así, se sabe que las estrellas se forman en el interior de densas nubes de polvo y gas, conocidas como nebulosas, que flotan por el Espacio. Las zonas en las que hay mayor cantidad de material, es decir, mayor densidad, comienzan a agruparse debido a su propia atracción gravitatoria. Sin embargo, aquí entra el concepto de momento angular, el cual expresa que la forma en la que se distribuye la masa en un sistema, afecta a su rotación. Así, a medida que las zonas de mayor densidad se agrupan, el disco de material empieza a girar debido a la inercia.

La estrella, al irse comprimiendo, adquiere también ese sentido de giro, así como los planetas que se van formando, trasladándose alrededor de la estrella central, y girando sobre sí mismos, siguiendo acordes a esa dirección preestablecida. Por lo tanto, fue la propia formación del Sistema Solar la que determinó cuál era el sentido en el que los planetas orbitarían alrededor del Sol.

ÓRBITA RETRÓGRADA

Sin embargo, fuera del Sistema Solar sí existen casos de planetas que giran alrededor de su estrella en sentido contrario al resto. Es el caso, por ejemplo, de los exoplanetas WASP-17b o HAT-P-7b. Pero, teniendo en cuenta lo anterior, ¿cómo es eso posible? Pues bien, es mucho más común de lo que piensas, y puede tener diversas explicaciones.

En primer lugar, puede ser que el planeta, en vez de formarse el mismo disco de polvo y material que el resto de planetas, fuera capturado por la estrella cuando este ya estaba formado y vagaba por el Espacio de forma libre. Por ejemplo, dentro del Sistema Solar, una de las lunas de Neptuno, Tritón, orbita el planeta en dirección contraria al resto debido a que no se creó con el resto de satélites, sino que fue atraída por Neptuno una vez formados ambos.

También existe la posibilidad de que los discos estelares tengan dos regiones diferentes, cada una de las cuales gire en un sentido distinto. Esto podría ser debido al intercambio de material entre dos nebulosas distintas durante su creación. Así, los planetas formados en la región más externa girarán en un sentido de acuerdo a la dirección de movimiento en ese área, mientras que los más internos heredarán el giro de su propia región.

Finalmente, los científicos afirman que algunos de estos casos se pueden dar debido a un fenómeno conocido como mecanismo de Kozai. Este efecto produciría que un planeta alterara su órbita debido a la perturbación de otro, inclinándola hasta dar una vuelta completa y adquiriendo el sentido de giro contrario.

VENUS Y URANO: ROTACIÓN RETRÓGRADA EN EL SISTEMA SOLAR

De todas formas, no todo es perfectamente simétrico dentro del Sistema Solar. Y es que, aunque todos los planetas orbiten el Sol en el mismo sentido, cuando hablamos de la rotación sobre sí mismos, la dirección de giro no es uniforme: Venus y Urano rotan en sentido horario, mientras que el resto de planetas lo hacen en sentido antihorario. Aunque no se conoce la causa exacta de este suceso, los expertos plantean varias explicaciones.

Una de las ideas más populares es que, en el caso de Venus, todo sea debido a su atmósfera. La atmósfera de Venus es tan densa que es posible que haya provocado fuertes mareas que, a lo largo de los años, hayan desembocado en un cambio en el sentido de rotación.  De hecho, lo que gira en Venus es, principalmente, su atmósfera, pues el giro de su superficie es casi inapreciable.

Otra posible hipótesis afirma que es posible que un pequeño protoplaneta chocara contra Urano en su proceso de formación, causando un impacto tan fuerte capaz de cambiar su sentido de rotación. Aunque esta idea fue inicialmente planteada solo para Urano, se ha demostrado que sería lógico extenderla a Venus también.

Finalmente, en el año 2001, un equipo de astrónomos del Astronomía et Systemes Dynamiques, en París afirmaron que sería posible que Venus no se girara de golpe, sino que, a lo largo de su desarrollo, su eje se fuera desplazando y moviendo buscando una estabilidad y estableciéndose finalmente en el punto actual. Este resultado fue de gran importancia pues significaría que la rotación retrógrada podría ocurrir en cualquier momento para cualquier planeta.

EL SOL: OTRO SISTEMA GIRATORIO

El movimiento del Sol no es menos interesante que lo que ocurre con los planetas. Y es que, como resultado de aquella primera distribución de masa, el Sol también rota sobre sí mismo. Sin embargo, esta gran esfera de gases lo hace de forma diferente a los planetas: cada una de sus capas rota con una velocidad diferente al resto. Así, en el ecuador, el periodo de rotación solar es de 24 días, mientras que en los polos es de casi 38 días. La razón de que el giro sea diferente en función de la latitud es aún desconocida.

Además, el Sol también orbita. Lo hace en torno al centro de la galaxia y a una impresionante velocidad de 828.000 km/h. Increíblemente, a pesar de viajar tan rápido, el tiempo que tarda en dar una vuelta a toda la galaxia se estima entre 225 y 250 millones de años, lo que se conoce como año galáctico.

Facebook Comments