La historia de la navegación submarina está repleta de historias impactantes y a menudo trágicas. El submarino, una maravilla de la ingeniería, permite a los seres humanos explorar las profundidades del mar y surcar las aguas con sigilo, pero no está exento de peligros, como bien ha demostrado la odisea que han vivido los tripulantes del sumergible Titan.

Estas son otros casos de vehículos submarinos que han desaparecido en el océano.

ARA San Juan – Desaparición en las Profundidades del Atlántico Sur (2017)

El ARA San Juan, un submarino de la clase TR-1700 que mide 66 metros de longitud y 3,6 metros de ancho, dejó de comunicarse con la Armada argentina a las 7:19 horas del miércoles 15 de noviembre de 2017.

Este hecho ocurrió ocho horas después de que el jefe de operaciones del submarino reportara un fuego inicial en el compartimento de la batería número 3, supuestamente causado por la entrada de agua a través del sistema de ventilación.

Durante días, los equipos de rescate de diferentes naciones rastrearon las profundidades del Atlántico Sur en busca de la embarcación perdida. Un año después, el 17 de noviembre de 2018, el submarino fue encontrado a 907 metros de profundidad, a unas 400 millas náuticas de la costa argentina. 

La investigación posterior determinó que el ARA San Juan se había hundido debido a una implosión causada por una entrada de agua en el snorkel que desencadenó un incendio en las baterías. La tragedia se llevó consigo a 44 tripulantes.

Kursk – Catástrofe Bajo el Mar de Barents (2000)

El 12 de agosto de 2000, el submarino nuclear Kursk de la Marina rusa sufrió dos enormes explosiones internas y se hundió durante un ejercicio militar en el Mar de Barents. Todos sus 118 tripulantes perecieron. 

Nombrado en conmemoración de la notable batalla donde el Ejército Rojo triunfó sobre la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial, el submarino Kursk se destacó como uno de los primeros emblemas en la era post-soviética.

Con unas dimensiones impresionantes, teniendo 154 metros de largo y un calado de 9 metros, el submarino nuclear K-141 Kursk formó parte de una flota militar con la que Rusia, bajo la recién estrenada presidencia de Putin, buscaba restablecer su presencia en el escenario geopolítico.

Los esfuerzos de rescate rusos e internacionales se vieron obstaculizados por el mal tiempo, el secretismo inicial del gobierno ruso y el mal estado del equipo de rescate. Finalmente, se descubrió que un torpedo defectuoso fue la causa de la explosión. La tragedia del Kursk fue un duro golpe para la Marina rusa y marcó un punto de inflexión en la era post-soviética, poniendo de manifiesto las deficiencias en la infraestructura militar de la nación.

USS Scorpion – Una Incógnita en el Atlántico Norte (1968)

El USS Scorpion, un submarino de ataque de la clase Skipjack, comenzó su construcción el 20 de agosto de 1958 en la división Electric Boat de la General Dynamics Corporation, en Groton, Connecticut. Su lanzamiento al agua se produjo el 19 de diciembre de 1959. Entre 1961 y 1968, el Scorpion participó en operaciones de Estados Unidos y la OTAN en el Atlántico y el Mediterráneo, contribuyendo al desarrollo de tácticas de guerra submarina nuclear y participando en operaciones especiales.

Este submarino nuclear de ataque rápido de la Marina de los Estados Unidos, desapareció en el Atlántico Norte en 1968, con 99 hombres a bordo. 

Fue uno de los cuatro submarinos nucleares que se han perdido en alta mar. El USS Scorpion fue encontrado cinco meses después de su desaparición, a más de 3.000 metros de profundidad. A día de hoy, la causa exacta del hundimiento sigue siendo objeto de especulación y teorías de conspiración. Algunos sugieren que fue víctima de fuego amigo, mientras que otros creen que una explosión interna de un torpedo podría haber sido culpable.

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