COMPONENTE Ficha Crónica 2326779 Lo de menos, casi, fue la derrota. Ver cómo se esfuma la Champions con solo tres jornadas disputadas. Lo peor fue el bochorno, el ridículo de una situación absurda, con un entrenador ya destituido en el banquillo mientras el nuevo aterrizaba para asumir el mando. ¿Qué podía salir bien de ahí? Absolutamente nada. Lopetegui ya no estará este jueves en el entrenamiento, pero permanece el profundo agujero de un equipo a medio hacer. En manos de Sampaoli queda la suerte de un Sevilla moribundo. Lopetegui, cuyo cese será anunciado en breve, quiso morir con las botas puestas y encontró la complicidad de sus jugadores. Ante el Dortmund, eso sí, echó a los leones a Kike Salas y José Ángel, dos centrales canteranos que sufrieron de lo lindo, incapaces de hacer frente al nefasto partido de Navas y Gudelj y a los eléctricos atacantes del Dortmund. A falta de Haaland, el conjunto alemán ha encontrado en Bellingham a su nuevo faro. El inglés, 19 años y ya capitán, dirige a ese equipo con verticalidad y una maestría impropia. De una asistencia suya nació el madrugador primer gol de Guerreiro, un palo añadido para un Sevilla voluntarioso y embravecido en el inicio, pero con las luces fundidas al cruzar la raya del medio campo. Solo En-Nesyri, a quien el VAR salvó de la roja, acercó el empate con un certero cabezazo que Meyer le sacó en la línea. Curiosamente, ese arrebato espabiló a los alemanes, de nuevo abrazados a Bellingham. El inglés desnudó a Gudelj para anotar el segundo, y solo dos minutos después Adeyemi provocaba con el tercero la furibunda reacción del Pizjuán contra el palco. El gol de En-Nesyri a la vuelta del descanso dio esperanzas y un nuevo brío al Sevilla, pero el Dortmund supo frenarlo antes de que Brandt golpeara por última vez. Lopetegui se marchó con lágrimas en los ojos y aplaudido por su estadio. Un triste epílogo para una buena trayectoria.

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