El Barcelona ha demostrado a lo largo de su historia una facilidad pasmosa para dispararse en el pie en los momentos más inoportunos. Genera la entidad catalana incendios innecesarios que repercuten posteriormente en el terreno deportivo. La última bala disparada por Joan Laporta se ha producido en vísperas de los dos compromisos más importantes de la temporada, justo antes de la visita del Inter (el Barça necesita ganar para no quedar fuera prematuramente de la Champions League) y del clásico del domingo, donde defenderá el liderato ante el Real Madrid en el Bernabéu. Aprovechando la asamblea anual de compromisarios, y respondiendo a las preguntas de los socios, el presidente azulgrana no tuvo reparos en apuntar hacia los capitanes, a los que acusa de no querer rebajarse el sueldo para aflojar la soga financiera que asfixia al club. «Hemos intentado rebajar salarios de algunos jugadores, pero no ha salido. No sólo no ha salido sino que, para llegar a cumplir con el ‘fair play financiero’, los directivos hemos avalado 10 millones con nuestro patrimonio personal. Si se hubieran producido rebajas de algunos jugadores no se tendría que haber hecho ese aval, lo aceptamos con deportividad», explicó Laporta. Aunque no los citó en ningún momento, el dardo iba dirigida hacia Gerard Piqué y Sergio Busquets , con los que hubo varios encuentros, así como con sus representantes. El Barcelona daba por hecho un acuerdo verbal con el central que al final no se plasmó por escrito, lo que dificultó la inscripción de algunos fichajes antes de que diera inicio la Liga, y obligó a la junta a avalar para que Jules Koundé pudiera jugar. Busquets, por su parte, se negó a ampliar su contrato para que el club pudiera diferir los pagos y que se generase el ansiado ‘fair play’. Con la firme idea de marcharse en junio a la MLS, el agente del centrocampista, Josep Maria Orobitg, vio inviable la posibilidad a nivel fiscal. No hay que olvidar tampoco el malestar de Jordi Alba cuando se negoció a sus espaldas una cesión al Inter de Milán para ahorrarse su elevado salario. Por si fuera poco, Mateu Alemany reforzó la crítica de Laporta al asegurar que «tenemos algunos salarios fuera de mercado, los jugadores con esa ficha son imposibles de transferir a otros clubes». El director de fútbol aseguró que «el gran objetivo es que desaparezcan estos salarios». Y añadió: «A día de hoy, el 75% de los jugadores que tenían estos salarios fuera de mercado y que bloqueaban la situación y el ‘fair play’ ya no están. El equilibrio salarial en el vestuario es imprescindible». El punto de mira está dirigido a los tres capitanes antes citados, así como a Ter Stegen y Frenkie de Jong. Noticias Relacionadas estandar No Fútbol El abrumador dato que preocupa a la afición del Barcelona Sergi Font estandar No Fútbol – Liga santander Xavi: «Si jugamos como en la segunda parte, no ganamos al Inter» Sergi Font La masa salarial es la gran obsesión de la directiva y el lastre con el que conviven en el club. Estaba previsto que se rebajase hasta los 470 millones de euros la pasada temporada, pero se quedó en los 518 tras una rebaja de más de 150 millones. Esta temporada asciende hasta los 656 tras los fichajes realizados y no haber podido dar salida a todos los jugadores deseados. Ni Laporta ni Alemany han escondido su malestar, que no ha sido bien encajado en el vestuario, donde los pesos pesados entienden que ya han realizado esfuerzos al perdonar dinero y aplazar pagos cuando el club se lo pidió por el descenso de los ingresos a causa de la pandemia. Las numerosas bajas a causa de las lesiones otorgan ahora a Piqué y a Alba un papel protagonista a pesar que no entraban en los planes iniciales de Xavi. Ambos, junto con Busquets, están llamados a ser titulares ante el Inter y en el Bernabéu. Mal momento para ponerles bajo la lupa.

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