Transcurría el minuto 82 del partido que enfrentaba al Cádiz con el Barcelona, el árbitro Del Cerro Grande detectó que algo no iba bien en la grada: un aficionado estaba sufriendo un infarto. Inmediatamente paró el partido para que fuera atendido. En el Nuevo Mirandilla se vivieron escenas dramáticas, pero afortunadamente el espectador pudo ser trasladado a un hospital. 

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