El 13 de noviembre de 2017 comenzó la pesadilla de la selección italiana . Con un empate a 0 en casa contra Suecia, el equipo del entrenador Gian Piero Ventura quedaba fuera del Mundial 2018 de Rusia. Por primera vez, desde 1958, Italia no iba a participar a la competición más prestigiosa del mundo del fútbol. En la Federación Italiana se optó para cambiar todo: entrenador, cuerpo técnico, llamar futbolistas más jóvenes, rejuvenecer el ambiente. Un proyecto que a largo pudiera guiar al equipo hacia el triunfo. Con cuatro mundiales , Italia es la segunda selección más laureada del mundo, junto a Alemania, después de Brasil. El cambio drástico de la Federación comenzó a dar sus frutos ya desde la clasificación de la Eurocopa, cuando obtuvo diez victorias seguidas en fase de grupos. Además, en ese tiempo, con la llegada del nuevo técnico Roberto Mancini , alcanzaron otros dos récords: tres años seguidos invicto (un total de 37 partidos consecutivos y el mayor tiempo, 1.168 minutos , sin encajar ni un solo gol). La llegada de la Eurocopa en 2021, pospuesta a causa de la pandemia, supuso el rescate idóneo para la selección italiana. La fase de grupos en frente a su propio público dejó tres victorias en tres partidos con un muy buen fútbol. Asimismo, poco a poco Italia volvió a maniatar a las grandes selecciones. Un camino sin errores, que los llevó a levantar la Eurocopa en los penaltis contra Inglaterra, en Wembley . En el proceso, España también fue unas de las víctimas en una semifinal que también desembocó en la tanda de penaltis. Alegría revanchista azurra tras aquel lejano 2008 en la Euro de Austria y Suiza. Un renacimiento que dio una nueva vida a Italia, que ya había olvidado aquella noche ‘negra’ contra Suecia. La Nations League dio más confianza al ambiente que con el acceso a la Final Four de 2021 ; y el tercer lugar final demostró su gran fuerza a nivel Europeo, con la esperanza de poder a competir en el Mundial de Qatar de noviembre. Noticia Relacionada Fútbol estandar No Así queda la Nations League: Ascensos, descensos y Final Four S. D. España e Italia son las dos únicas selecciones que han logrado meterse en las semifinales de dos ediciones consecutivas Por tanto, había llegado el momento de clasificarse para Qatar: después del fracaso de Ventura en 2018, regresaba la ilusión a un país para volver a una competición que emociona a todo el mundo, pero tuvo que enfrentarse a la realidad. No obstante, una máquina perfectamente engrasada como la de Mancini se encontraba en un grupo accesible. Sin embargo, la plantilla logró la forma de complicarse la vida, empezando a sentir los mismos fantasma del pasado. Así, llegaron varios empates que le relegaron al segundo puesto final ( Jorginho todavía sueña con el penalti fallado en el minuto 90 contra Suiza que habría regalado el primer lugar y la consecuente clasificación a su selección). El segundo puesto obligó a los ‘azzurri’ a los playoffs contra Macedonia del Norte , otra selección accesible. El miedo del pasado volvió a aparecer en Palermo, sede del partido, y se quedó con el alma de Italia que, pese a los 34 tiros a la puerta macedónica, perdieron el encuentro con un gol en el minuto 92 de Trajkovski. Otra página negra para el fútbol italiano.   Esta vez, la reacción fue diferente. Nadie dimitió y la Federación apoyó totalmente al cuerpo técnico, creyendo en el proyecto y precisando que habían errores; aunque estos eran más fruto de coincidencias que de reales pasos atrás. Por esta razón, Italia volvió, por enésima vez, a renacer clasificándose por segunda vez seguida en la Final Four de la Nations League, aunque «la desilusión del Mundial pasará solamente después de que se haya disputado», como declaró Mancini. Este es el extraño caso de Italia, una selección histórica que verá el Mundial, por segunda vez seguida, desde casa mientras cura sus heridas con trofeos menores.

Facebook Comments