Las esponjas son unos de los organismos multicelulares más antiguos en la Tierra. Además, por simples que parezcan, juegan un papel clave en el ciclo de nutrientes de muchos ecosistemas acuáticos. Y sin embargo, a pesar de su antigüedad y su importancia, los científicos no conocen a fondo ciertos mecanismos de supervivencia de las mismas. Uno de ellos, precisamente, acaba de ser descubierto por los investigadores: las esponjas realizan un movimiento similar a un estornudo para limpiar sus conductos.

Y es que las esponjas son exactamente eso, una serie de tubos de mayor y menor tamaño por el que debe pasar el agua para alimentarse de los restos de materia orgánica, bacterias y plancton que quedan adheridos en su interior. Y para el correcto funcionamiento es esencial que las entradas de dichos tubos quede completamente libre de elementos sólidos que los bloqueen. Precisamente para evitar atascos y obturaciones en la entrada de los tubos, las esponjas de mar realizan este movimiento recientemente descubierto por los científicos y publicado en la revista Current Biology.

Como explican los propios investigadores, «las esponjas mueven activamente la mucosidad que atrapa partículas en contra de la dirección de su flujo de agua interno y la expulsa al agua circundante desde sus poros de entrada de agua de mar a través de contracciones superficiales periódicas que se describieron anteriormente como ‘estornudos'». Es decir, las esponjas impulsaban una especie de moco hacia fuera, en contra de la corriente, para evitar taponamientos.

Tecnología para conocer las esponjas

Gracias a la grabación de vídeos en alta definición en timelapse de las esponjas marinas Aplysina archeri y Chelonaplysilla sp., los científicos pudieron capturar esta especie de estornudo, y comprobar que el proceso puede tomar entre 20 y 50 minutos.

Anteriormente ya se había comprobado este tipo de movimientos de esponjas empujando agua a través de sus tubos internos, pero hasta el momento no se había confirmado que este comportamiento fuera un modo de autolimpieza.

Además, los investigadores comprobaron que el moco expulsado a través de esta especie de estornudos marinos, servía de alimento para algunos pequeños peces.

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