El fútbol en Inglaterra es una religión, se juegue donde se juegue. Eso deben de pensar los vecinos del pequeño pueblo de Bourton-on-the-Water, en Gloucestershire, donde cada año celebran un partido con un río como peculiar terreno de juego.

Este año las crecientes lluvias en la zona, pese a la sequía que azota a muchas partes del país, han complicado seriamente la celebración, pero incluso con la crecida, los integrantes del Bourton Rovers no renunciaron a jugar su media hora de encuentro tradicional.

Alrededor de 2.000 personas se reunieron alrededor del río para asistir a un partido que terminó en un amistoso empate a tres y que se cree que ronda ya los 100 años de tradición en esta recóndita zona de Inglaterra.

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