La final se resolvió en un suspiro, en veinticinco minutos de ensueño y dominio abrumador rubricados por los goles de Inma Gabarro y Salma Paralluelo (2), las caras más visibles de último y descomunal éxito de la selección española femenina: campeona del mundo sub-20, un título conquistado tras completar un torneo sensacional en Costa Rica coronado por el triunfo sobre Japón en el duelo decisivo (3-1). España, que hace cuatro años caía contra las niponas en esta misma final, refuerza su modelo para el fútbol femenino después de otro verano de éxitos en el que también sumó el título europeo sub-19. Eso fue en junio, en la República Checa, y allí también estaban varias de las protagonistas que ayer saltaron al campo en el Estadio Nacional de San José. «Una de las claves de este equipo es que nos conocemos muy bien, somos un equipo dentro y fuera del terreno de juego», explicaba a ABC poco después de ganar el título y aún convaleciente de una larga noche de fiesta Júlia Bartel , una de las que se marcha de este verano con el doblete. «Tener este ambiente es imprescindible para lograr estos éxitos». Bartel, que aporta calidad y precisión en el centro del campo de España, es otra de las destacadas de un torneo que ha premiado también a Meritxell Font como mejor guardameta y a Gabarro (ocho tantos en seis partidos) con el trofeo de máxima goleadora y Balón de Plata del Mundial. Sin apenas influencia hace solo una década, el fútbol femenino español ha sabido ir haciéndose su hueco en el panorama internacional a golpe de triunfos. Al igual que ocurre en las categorías inferiores de la masculina, las chicas empiezan a coleccionar títulos en sus vitrinas en un ascenso tan acelerado como imparable, cuyo momento álgido hasta ahora era el Mundial sub-17 logrado en 2018, en el que también participaron dos de las campeonas de ayer, Ana Tejada y Salma Paralluelo , doble goleadora en la final y mejor jugadora de la misma, aparte de la benjamina del grupo. «Estoy flipando aún. Hemos trabajado y sufrido un montón, es un triunfo de todas nosotras», decía tras la final la nueva jugadora del Barcelona, que este mismo verano tomaba la decisión de centrarse en el fútbol y abandonar el atletismo, donde también apuntaba a figura (es plusmarquista nacional sub-18 de 400 metros vallas y de 400 lisos en pista cubierta). «Merecen mucho la pena este tipo de momentos. Hay que luchar porque las cosas llegan. Estoy muy contenta de haberlo conseguido con todas mis compañeras». El gen ganador «Aquel Mundial sub-17 supuso un gran empujón para el fútbol femenino, y creo que ahora va a pasar los mismo», cuenta a ABC Toña Is , seleccionadora en aquel primer título, emocionada por este nuevo éxito de un grupo que conoce a la perfección y que tiene grabado el gen ganador dominante. «Lo mejor que tienen es su alegría y sus ganas por aprender. Te devuelven todo lo que les das». Para Toña Is, el camino pasa por reforzar y mimar a estas jugadoras en su paso a la selección absoluta. España, que viene de caer en cuartos de final de la Eurocopa por tercera vez consecutiva aún persigue su gran salto en una competición internacional. «En la absoluta no se está creciendo como todos queríamos y es algo a corregir. No se puede desaprovechar por más tiempo el talento y el potencial que ya hay y el que viene de camino». Los premios individuales de jugadoras como Alexia Putellas o Jennifer Hermoso, más el impulso de clubes como Barcelona, Real Madrid o Atlético, y el que se pretende dar a la recién creada Liga profesional, ponen en la diana el próximo Mundial de Australia y Nueva Zelanda , que se disputará en el verano de 2023. «Veo a muchas de mis compañeras dando el salto a la absoluta en los próximos años», concluye Bartel. «En este torneo han demostrado lo bien que compiten y que están listas para afrontar cualquier reto».

Facebook Comments