A medida que aumentan los efectos del cambio climático, la restauración de los ecosistemas en el oeste de los Estados Unidos ha atraído en los últimos años una atención pública significativa. Un ejemplo de ello lo encontramos en la exitosa reintroducción del lobo en el Parque Nacional de Yellowstone, la cual, llevada a cabo hace más de 20 años, se estableció como uno de los experimentos ecológicos más celebrados de la historia.

Ahora, impulsado por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, un nuevo y ambicioso plan de conservación de la naturaleza conocido como America the Beautiful busca conservar hasta el 30% de la tierra y el agua de los Estados Unidos para el año 2030 gracias a la creación de 11 grandes áreas de reserva que ya son propiedad del gobierno federal. La iniciativa se materializará mediante la creación de una «Red de Renaturalización Occidental» la cual ha contado con el seguimiento de 19 científicos que, liderados por el profesor de ecología en la Universidad Estatal de Oregon, William J. Ripple,abogan por el cese del pastoreo en algunas tierras federales junto con la restauración de dos especies clave: el lobo gris y el castor norteamericano.

Los lobos y los castores, según los autores, se destacan por su capacidad para producir grandes impactos en el ecosistema. «Al talar árboles y arbustos y construir represas, los castores enriquecen el hábitat de los peces, aumentan la retención de agua y sedimentos y mantienen los flujos de agua durante la sequía», explican los autores en un artículo titulado Rewilding the American West publicado recientemente en la revista Bioscience. «También proporcionan cortafuegos húmedos, mejoran la calidad del agua, aumentan el secuestro de carbono y, en general, mejoran el hábitat de muchas especies de plantas y animales ribereños».

Por su parte, los lobos comparten un potencial similar para remodelar los ecosistemas y según los autores «podrían ayudar en el control natural de las excesivas poblaciones de ungulados nativos», permitiendo que la vegetación autóctona vuelva a crecer en áreas previamente degradadas. Según prevén los científicos, el plan de reconstrucción produciría profundos efectos en cascada, y en última instancia podría beneficiar a muchas de las 92 especies amenazadas y en peligro de extinción entre las que se hallan 5 especies de anfibios, 5 aves, 2 crustáceos, 22 peces, 39 plantas con flores, 5 insectos, 11 especies de mamíferos, un reptil y 2 caracoles».

Castor americano

Los autores también citan una serie de costes añadidos derivados de la iniciativa, como el pago a los ganaderos, quienes deberían recibir una compensación económica justa por el cese de actividad en tierras federales, sin embargo Ripple y sus colegas argumentan que estos desafíos finalmente serán superables, en parte porque la carne derivada del forraje en tierras federales representa solo alrededor del 2% de la producción nacional.

Además, según los firmantes del trabajo, «ha llegado el momento de tomar medidas ultra ambiciosas dado el período sin precedentes de crisis convergentes en el oeste de Estados Unidos, que incluyen sequías prolongada y escasez de agua, olas de calor extremas, incendios masivos provocados al menos en parte por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad».

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