La península Ibérica es una región cada vez seca del continente europeo y según un estudio publicado en la revista especializada Nature Geoscience bajo el título Twentieth-century Azores High expansion unprecedented in the past 1,200 years, una de las posibles causas podría ser un gran anticiclón situado en la medianía del océano atlántico que parece estar ampliando cada año su rango de influencia: el llamado anticiclón de las Azores.

Según se detalla en el estudio, llevado al cabo por el equipo de científicos liderado por la especialista en modelado climático de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Caroline Ummenhofer, los patrones meteorológicos y climáticos a largo plazo en Europa Occidental se ven fuertemente afectados por la circulación atmosférica asociada a este área relativamente estable y de alta presión que gira en el sentido de las agujas del reloj. En este anticiclón, el aire seco que desciende hacia la superficie dentro del sistema es una de las principales causas de que tanto en España y Portugal en particular, así como en el Mediterráneo Occidental en general, disfrutemos de veranos cálidos y en ocasiones especialmente áridos.

Por el contrario, durante los meses de invierno el anticiclón de la Azores junto a los vientos más cálidos y húmedos del oeste, son los responsables de sembrar de precipitaciones la península Ibérica. Sin embargo, esta precipitación invernal ha ido disminuyendo en las últimas décadas.

Caroline Ummenhofer y sus colegas han estado estudiando este patrón meteorológico recientemente. Para ello, diseñaron un modelo para averiguar cómo ha cambiado el tamaño y la extensión espacial del anticiclón de las Azores durante los últimos 1.200 años. Los autores revelan que dicho anticiclón comenzó hace ya 200 años a cubrir en promedio un área cada vez mayor; momento en que las emisiones humanas de gases de efecto invernadero comenzaron a aumentar sustancialmente. Y según los datos, esta expansión espacial se volvió incluso más pronunciada en el siglo XX.

La comparación de sus modelos con los indicadores geoquímicos de los niveles de precipitación pasados ​​conservados en estalagmitas portuguesas que se remontan al año 850 d.C, sugiere que la expansión del anticiclón de la azores está relacionado con el inicio de un periodo de inviernos cada vez más secos en el Mediterráneo Occidental.

Los autores concluyen que el anticiclón de las Azores continuará expandiéndose durante el siglo XXI a medida que los niveles de gases de efecto invernadero continúen aumentando, lo que incrementará paulatinamente el riesgo de sequías en la península Ibérica.

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