Una cosecha de papas se secan al sol después de estar expuestas a dos noches de frío extremo en la montaña La Cumbre, a las afueras de La Paz, en Bolivia. Durante milenios, los indígenas andinos han deshidratado papas utilizando el sol invernal para obtener el llamado chuño, un alimento ancestral que aún forma parte de la dieta boliviana.

De hecho el chuño es un alimento que puede permanecer comestible durante años e incluso décadas debido al proceso de liofilización al que son sometidos los tubérculos, que puede alargarse hasta 50 días, y que consiste en exponer las papas a los ciclos de sol y congelamiento que tienen lugar en las alturas de los Andes.

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