Cuando pensamos en Australia lo primero que nos viene a la cabeza es un enorme continente poblado de koalas y, por supuesto, de uno saltarines y simpáticos animales llamados canguros. Los marsupiales han sido desde hace mucho tiempo motivo de estudio por parte de diversos investigadores debido a sus singulares características, que los diferencian de los otros mamíferos. En este contexto, los paleontólogos australianos Isaac Kerr y Gavin J. Prideaux, de la Universidad de Flinders, han descubierto un nuevo género de canguro gigante prehistórico que vivió en las montañas del centro de la isla de Papúa Nueva Guinea y que creen que solo podría encontrarse allí.

Según los investigadores, los primeros fósiles de estos animales podrían tener entre 20.000 y 50.000 años de antigüedad y proceden del refugio rocoso de Nombe, un yacimiento arqueológico situado en la provincia de Chimbu, en Papúa Nueva Guinea. Este enclave alberga “dos familias de marsupiales megafaunales en la Nueva Guinea prehistórica, los Macropodidae (canguros y ualabíes) y los Diprotodontidae (herbívoros cuadrúpedos gigantes)”, explica Isaac Kerr.

Una mayor diversidad de marsupiales

La investigación, publicada en la revista científica Transactions of the Royal Society of South Australia, recoge el nombre con el que ha sido bautizado este animal, Nombe nombe, en honor al lugar de su descubrimiento. El Nombe era un canguro de complexión musculosa y de gran tamaño que vivía en una selva tropical situada en las montañas, donde evolucionó para poder alimentarse de las duras hojas de los árboles y arbustos, adquiriendo para ello una gruesa mandíbula y fuertes músculos para masticar.

El Nombe era un canguro de complexión musculosa y de gran tamaño que vivía en una selva tropical.

Utilizando imágenes en 3D, los investigadores han podido estudiar los restos de los fósiles que se encuentran en el Museo y Galería de Arte de Papúa, y han llegado a la conclusión de que este canguro gigante proviene de un linaje de antepasados que se dispersaron por el país a finales del Mioceno, hace entre 5 y 8 millones de años. «El descubrimiento sugiere, por un lado, que hay una mayor diversidad de estos marsupiales de lo que se pensaba anteriormente y, por otro, que los fósiles de Nueva Guinea no están estrechamente relacionados con los grandes canguros australianos modernos», sostiene Kerr.

La misteriosa desaparición del Nombe

Pero ¿por qué presenta este canguro unas características únicas? Gracias al bajo nivel del mar, las islas de Nueva Guinea y Australia continental estaban conectadas por un «puente terrestre» que permitió a los primeros mamíferos australianos trasladarse a los bosques tropicales de Nueva Guinea. Sin embargo, cuando el estrecho de Torres, que separa Australia y Nueva Guinea, se inundó, estas poblaciones de animales quedaron aisladas de sus parientes australianos y evolucionaron de manera distinta. Así, los investigadores creen que que el Nombe desciende de una de estas familias de canguros que tuvieron que adaptarse a su nuevo hábitat.

Entre los años sesenta y ochenta se realizaron diversos descubrimientos de megafauna extinguida en la zona, pero desgraciadamente las excavaciones se detuvieron en los años noventa. Ahora, los investigadores de la Universidad de Flinders han retomado los trabajos y Gavin Prideaux, uno de los autores del estudio, afirma: «Estamos muy ilusionados de poder realizar tres excavaciones en dos yacimientos diferentes de Papúa durante los próximos años. Esperamos despertar el interés local por la paleontología neoguineana». Se desconoce el motivo por el cual el Nombe y otras especies de la megafauna local desaparecieron.

Entre los años sesenta y ochenta se realizaron diversos descubrimientos de megafauna extinguida en la zona.

Actualmente no existe una evidencia directa que demuestre que los primeros humanos cazaron a estos animales hace 50.000 años. «En la actualidad, hay tan pocos fósiles que no podemos estar seguros de cuándo se extinguieron, si fue todo a la vez o lentamente, con diferentes especies en distintos momentos o si coincidió con períodos de cambio climático en Nueva Guinea… Ojalá nuestra investigación de los próximos tres años nos ayude a responder a esa pregunta«, concluye Isaac Kerr.

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