Imagencontactophoto-0693558351-kIfG--620Con la clasificación para la Champions en juego a finales de esta temporada, un grupo de socios del Atlético de Madrid se planteó viajar a Mallorca para acompañar al equipo cuando más lo necesitaba. El desplazamiento acabó en sueño roto al chocar con la realidad económica: el traslado a la isla, la estancia y el alto precio de la entrada, 110 euros en la zona visitante, era un gasto imposible de asumir para la mayoría de esos colchoneros. Aquel vuelo chárter nunca llegó a despegar. El fútbol, un deporte universal precisamente por la raíz popular con la que nació, convertido en un artículo de lujo con el paso de los años, el problema al que a lo largo del curso se enfrentan las hinchadas españolas que quieren disfrutar de sus equipos en otros estadios. Esa herida empezó a taponarse en Inglaterra hace seis años cuando los clubes de la Premier League acordaron por unanimidad fijar un precio tope en las tribunas reservadas a los seguidores visitantes. El pasado jueves volvieron a renovar su pacto en favor de los aficionados, que hasta 2025 pagarán 30 libras (35 euros) como máximo por su entrada en los partidos lejos de casa. La misma cantidad que han venido abonando durante los últimos tres años, una iniciativa que genera «admiración y cierta envidia» entre las peñas del fútbol español, según reconocen a ABC. «Sí, es verdad, miramos con admiración, y con cierta envidia, ese acuerdo que los aficionados ingleses han conseguido renovar con la Premier. Creo que allí tienen unos clubes más sensibles de los que tenemos en España», se lamenta José Mateo, el presidente de Aficiones Unidas, la asociación fundada en 1999 con el objetivo de fomentar el hermanamiento entre los aficionados. Estadios siempre llenos El precio tope en las entradas para los hinchas visitantes se introdujo en Inglaterra en la temporada 2016-2017 y esa iniciativa ha resultado una baza fundamental para que la Premier League haya conseguido mantener desde entonces una ocupación media en los estadios en torno al 96%. Pero también otros detalles más mundanos como retrasar el inicio de los encuentros cuando, por ejemplo, hay atascos en los alrededores y los socios tienen dificultades para acceder a los estadios. «Todos los clubes son conscientes de la importancia que tienen los aficionados visitantes para generar la mejor atmósfera posible en los partidos y reconocen los costes que les supone seguir a sus equipos lejos de casa», señalaron los clubes ingleses en el comunicado en el que anunciaron la renovación del acuerdo para topar el precio de las localidades visitantes, una iniciativa que en España no se ha conseguido instaurar a nivel de competición, aunque sí de manera individual entre algunos equipos. «Desde Aficiones Unidas llevamos tiempo reivindicando y trabajando con LaLiga para conseguir un acuerdo similar en nuestro fútbol. De hecho, en la Liga SmartBank ya tenemos un convenio con LaLiga por el cual se disponen de 500 entradas a un precio de 15 euros para aficionados y peñistas visitantes. En la Liga Santander no somos capaces de lograrlo porque los clubes no quieren», detalla José Mateo en representación de las más de 50 federaciones de peñas de fútbol de Primera ySegunda división que forman parte de la organización que preside. Él lo tiene muy claro. «El fútbol debe ser más económico, no sólo por la consideración hacia los aficionados que pagamos nuestros abonos y entradas, sino también por el gran esfuerzo económico que supone viajar cuando seguimos a nuestros equipos», reclaman desde Aficiones Unidas. Que el músculo económico del fútbol europeo tiene su epicentro en Inglaterra lo demuestra que un equipo como el Aston Villa, que no se ha clasificado para las competiciones europeas, haya sido capaz de arrebatar el fichaje de Kamara al Atlético de Madrid, tercer clasificado de la Liga, o de contratar a Diego Carlos, una pieza fundamental en el Sevilla. El conjunto de Birmingham y el resto de los clubes de la Premier explotan al máximo sus recursos, pero entre ellos no está recaudar grandes cantidades por los asientos de los aficionados visitantes. El Aston Villa, como el resto de los equipos de la Premier, han cobrado esta temporada 3o libras a los rivales que han visitado su estadio. A los hinchas de los equipos más poderosos y el mismo precio a los de los conjuntos de la parte baja. Nada que ver con lo que sucede en España, donde hay partido en los que los clubes tiran la casa por la ventana. Ver el clásico en la zona visitante del Santiago Bernabéu, por ejemplo, costó este año 120 euros. «Los clubes españoles se lo deben hacer mirar. El fútbol profesional genera mucho dinero y una parte debe repercutir en los aficionados como actores imprescindibles que fuimos, somos y seremos de este bonito deporte, o industria como se dice ahora», concluye José Mateo.

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